Moscú dice haber derrotado a los saboteadores en Bélgorod, pero los ataques rebeldes siguen
● El Gobierno ruso anuncia que 70 insurgentes fueron abatidos, mientras Ucrania afirma que los partisanos controlan 40 kilómetros en territorio ruso
MOSCÚ. Pese a que el Ministerio de Defensa de Moscú aseguró ayer haber «derrotado» a los insurgentes y tener bajo control la situación en la región de Bélgorod, atacada el lunes desde territorio ucraniano por partisanos rusos que luchan con el bando de Kiev, las redes sociales muestran más y más fotografías de estos combatientes fuertemente armados y en actitud de batalla.
En su canal de Telegram, el asesor del Ministerio del Interior ucraniano, Antón Gueráshenko, aseguró que los rebeldes controlan ya un frente de 40 kilómetros con la frontera a la espalda y desde donde podrían estar recibiendo pertrechos. El diario ruso Kommersant informó incluso que en el distrito Graivoronski de Bélgorod fue atacado un cuartel, en donde murieron dos militares y cuatro tuvieron que ser hospitalizados.
Sin embargo, el Kremlin declaró ayer que los atacantes «fueron bloqueados y derrotados, destruidos por bombardeos aéreos y fuego de artillería». Les llama «formaciones nacionalistas» ucranianas y sostiene que «el resto fueron repelidos y expulsados al territorio de Ucrania (…), en donde los bombardeos continuarán hasta su eliminación total». El parte castrense ruso cifra en «setenta terroristas» los abatidos durante la refriega.
La cuestión es que, si en la región de Bélgorod no queda ya ni un solo partisano, no está claro del todo por qué no se permite regresar a sus casas a los vecinos de las nueve localidades evacuadas en las últimas horas. La explicación que dio el gobernador de Bélgorod, Viacheslav Gladkov, fue que «la limpieza de los territorios continúa» y que la zona, habló de un total de veinte poblaciones afectadas, «sigue siendo bombardeada por los asaltantes y por las fuerzas ucranianas» desde el otro lado de la frontera.
Las aldeas fronterizas que, según Gladkov, tuvieron que ser desalojadas, son las de Graivorón, en donde el lunes comenzó el ataque contra el puesto fronterizo, Novostroevka, Gorkovski, Bezimeno, Spodariúsheno, Mókraya Orlovka, Glótovo, Gorá Podol y Zamostie, todas ellas en el epicentro de los enfrentamientos armados de las últimas horas y situadas al sur de la hipotética línea de frente de 40 kilómetros de la que hablaba Gueráshenko.
Encarnizados combates
Pero esa longitud puede haberse agrandado en su extremo oriental, si son ciertas las informaciones de la agencia ucraniana Unian en cuanto a que los partisanos tomaron ayer la aldea de Shetinovka. El canal ultranacionalista ruso Zapiski Veterana reconocía al menos que allí se libran encarnecidos combates.
Otra información aparecida en las redes sociales sostenía que ayer se produjo una segunda incursión desde Ucrania, pero Gladkov lo desmintió. Citó varias localidades en el distrito de Borísov y dijo que allí «hubo bombardeos de las Fuerzas Armadas de Ucrania; pero ninguno de los civiles resultó herido». Según sus palabras, «algunos canales de Telegram comienzan a interpretar esta información como una nueva penetración de fuerzas hostiles y tratan de asustar a la gente. No ha sucedido eso». «El FSB, el Ministerio de Situaciones de Emergencia y el Ministerio de Defensa no confirman esas informaciones. Los militares lo están resolviendo», añadió.
No muy lejos de ese mismo entorno, según el portavoz de la Inteligencia militar ucraniana, Andri Yúsov, está el almacén de ojivas nucleares de Bélgorod, que, según escribía en Telegram, estarían siendo trasladas a otro lugar de forma «apresurada». Pero, para tranquilizar los ánimos y evitar que siga cundiendo la alarma en el resto de las regiones rusas que lindan con Ucrania, Moscú decidió ayer levantar el «régimen especial de operación antiterrorista» que fue impuesto el lunes.
Contemplaba un serie de limitaciones de movimiento y el reforzamiento de medidas de seguridad con controles de la Policía y el Ejército en carreteras y centros neurálgicos como nudos de transporte, comunicaciones, infraestructuras vitales o edificios oficiales. Así lo dio a conocer el gobernador, añadiendo que, desde el lunes, hay trece civiles heridos por los ataques y un muerto en la aldea de Kozinka. También se produjo el fallecimiento de una anciana durante la evacuación por razones que, según Gladkov, se desconocen. El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, reconoció que los sucesos de Bélgorod «causan una profunda preocupación».