El Supremo confirma la condena a prisión a cinco sargentos por acosar a otro compañero
La buena relación de la víctima con su superior generó recelos entre sus colegas, que le hostigaron durante meses
MADRID. El Tribunal Supremo confirmó ayer la condena a entre ocho y diez y meses de prisión impuesta por un tribunal militar en noviembre de 2020 a cinco sargentos del Ejército de Tierra por acosar a otro compañero, también sargento, perteneciente a la Batería Mistral del Regimiento de Artillería de Campaña 93 de Tenerife, donde estaban destinados. Los hechos tuvieron lugar entre 2015 y 2017.
La Sala Quinta desestimó los recursos de casación interpuestos por los suboficiales, que han sido castigados por un delito consumado contra el ejercicio de los derechos fundamentales y libertades públicas de los militares. Además, impuso a todos ellos –Gerardo de la Torre, Aarón Navarro, María Fernández, Pablo Requena y Ernesto Juan Alonso– una indemnización conjunta de 3.000 euros por los daños morales causados a la víctima, D. M. G.
Hechos probados
Los hechos probados recogen que el militar acosado, pese a no ser el más antiguo, fue colocado en el simulador por su brigada de la unidad, de apellido Samaniego. Un puesto apreciado en la Batería Mistral por ser muy especializado. Los cinco condenados que llamaban «rata» a su superior, sin que éste lo supiera, empezaron a utilizar ese término para referirse también su compañero acosado, por la «buena relación laboral y personal» que mantenía con el brigada.
En septiembre de 2015, el brigada y el sargento acosado se desplazaron a Segovia con un grupo de efectivos de la unidad para realizar ejercicios de instrucción y de evaluación en el simulador.
La tropa planteó la posibilidad de adelantar la evaluación al jueves, pero el sargento acosado lo rechazó porque consideraba que a Segovia «se había ido a trabajar». De regreso a Tenerife, un militar le afeó que desvelara ante el brigada que otro sargento se hubiera cogido un día de asuntos propios por una resaca. A partir de ese momento se incrementó la presión y durante todo el año 2016, y hasta que causó baja psiquiátrica, fue objeto de constantes y duros insultos: «Chivato», «rata», «mongolo» y «putita del brigada», según confirmaron también tres testigos.