Severina o el fin de la inocencia
La maestra y la Bestia
Imma Monsó. Editorial Anagrama. Barcelona, 2023. 350 páginas.
En los últimos años han ido apareciendo interesantes novelas situadas en el marco de la guerra civil, la inmediata posguerra y la larga secuela del franquismo. En ellas, el lector puede ‘visualizar’ los hechos históricos y cómo palpitaba la vida de las gentes corrientes a través de los personajes, ficticios o reales, que los protagonizan.
Sin embargo, en la novela ‘La maestra y la bestia’ de Imma Monsó (Lérida, 1959), los avatares de un tiempo oscuro, siniestro y plagado de silencios como fueron los años 40, 50 y 60 de la España franquista, se ven básicamente reflejados en la mirada de Severina, una chica peculiar que vive una situación también muy peculiar.
Desde muy pequeña habita una casa a pie de carretera en medio de la nada en una zona del interior de la provincia de Gerona, con una madre omnipresente, un padre semi ausente y un vecino, el señor López, que trabaja de mecánico en los bajos del inmueble. La niña es una lectora omnívora y autodidacta. No fue nunca a la escuela. Estudió siempre en casa, tutelada por Simona, la madre, quien se propuso que su hija conociera los principios básicos de la doctrina de los vencedores sin que su espíritu se doblegara ante ellos. Con el título de Magisterio en el bolsillo, a los 19 años es destinada a Dusa, un pequeño pueblo de la Ribagorza catalana. Allí entrará por primera vez en contacto con una sociedad rural, marcada y dividida por las improntas de la reciente guerra y descubrirá, con el enigmático personaje de La Bestia, sentimientos desconocidos hasta entonces para ella, como el instinto primitivo y el deseo sexual.
Un tercer espacio novelesco lo constituyen sus escapadas a Barcelona para visitar a su tieta Júlia, hermana de su madre, un referente de autonomía personal y espíritu libre que introduce a Severina en los ambientes bohemios y exóticos de la fran ciudad.
La muchacha, además de poseer una personalidad sorprendente, entre inocente, contradictoria, asocial y con profundos y desternillantes pensamientos paradójicos, es ante todo una figura literaria con un potente valor simbólico.
Los silencios de Severina representan el ominoso silencio que rodeó las primeras décadas del franquismo; su ignorancia sobre el pasado y el presente de su padre coincidía con la de la mayoría de la gente que, después de la guerra y su posterior represión no hablaba nunca de esos temas, ni en público ni en privado. Prefería no saber.
A través del carácter, la vida retirada y la observación atenta de la protagonista, la narración nos va descubriendo fragmentos de la realidad histórica a la manera diabólica de las cajas chinas, con cuentagotas. Y bajo esta trama magistralmente urdida, destilan la soledad, el aislamiento, el miedo, la angustia y los secretos inconfesables de una generación, de toda una época.
Otro recurso eficaz que utiliza Imma Monsó para radiografiar esta sociedad de posguerra es el mismo lenguaje. Los padres de Severina, utilizan la parábola y la alegoría para comunicarse cuando hablan de la vida en clandestinidad. El habla dialectal de los habitantes de Dusa marca lo cercano, los orígenes. La lectura y la literatura se convierten en herramientas de libertad, de huida y refugio ante una realidad adversa. La música y el cine funcionan como banda sonora y visual, evasión y reflejo de un tiempo en blanco y negro. El aparente salto en el vacío que supone el último capítulo, donde la acción se traslada a nuestros días (la primavera - verano de 2020), nos presenta un nuevo tiempo donde la memoria histórica trata de rescatar del olvido una etapa cruel que, para Severina, a pesar de todo, mereció la pena vivir.
‘La maestra y la Bestia’ es una novela impactante, que conmueve y estremece a la vez, donde todo los elementos, por muy heterogéneos y dispersos que parezcan, están perfectamente engranados en una maquinaria implacable que a veces provoca inquietud y miedo, pero de la cual el lector no puede escapar.