Recuérdalo tú, recuérdalo a otros
Sobrevivir fue su victoria
Ana Rioja Jiménez. Ediciones 94. Zaragoza, 2023. 152 páginas.
Quiero empezar este texto confesando que he necesitado distancia para escribir la reseña de la última novela de Ana Rioja (en la foto de José Miguel Marco), ‘Sobrevivir fue su victoria’, para recuperarme de su impacto.
Voy a tratar de analizar las razones por las que ha logrado sobrecogerme tanto. Lo primero que me viene a la cabeza tras leer la novela es la importancia del consuelo. Hay que aprender a aceptar la adversidad porque la vida es difícil, consiste en nacer, envejecer, sufrir y morir. Vivir es perder y sobrevivir es la victoria.
Ediciones 94 acaba de publicar esta novela de Ana Rioja (el martes 30 se presenta en Zaragoza). Está basada en hechos reales, documentados magníficamente, y narra la vida de unos hombres y mujeres, utilizando unos personajes de ficción y otros reales, víctimas de una guerra civil que les obligó a luchar por un bando que no habían elegido y que vieron cómo sus hijos crecían en una España hambrienta, triste y gris. Inspiradas en las vidas de sus abuelos y en las de toda una generación, son historias de la retaguardia de la llamada zona nacional, historias que la escritora confiesa que escuchaba cuando era niña, entre susurros, y donde había también muchos silencios que han sido recreados con la ficción. Son personajes que todos podemos reconocer porque los tenemos en nuestras familias y que nos trasportan a una España que sufrió la represión y la barbarie. Su historia es común a otras ciudades de retaguardia.
Historias como la de Don Pedro, un maestro represaliado, acusado de ser ateo y rojo; Daniel, un agricultor que tuvo que dejar a su familia para empuñar un fusil sin saber muy bien por qué luchaba, como tantos y tantos soldados obligados; Koldo, un indiano del Valle del Baztán que solo quería vivir en paz los últimos años de su vida, y que se convirtió en parte activa de una red de mugalaris. La novela rescata la figura del periodista Maro Castilla, director del periódico tudelano ‘El eco del distrito’, descubierto en todo el proceso de documentación, un personaje real que merece que se escriba su biografía. Fue asesinado de un tiro en la cabeza por creer en la República y en la democracia y defenderlas. Y también están ellas, las mujeres de esta novela, valientes y decididas, que crean unas redes de solidaridad para sobrevivir. María, Julia, Inés, Amaya, Nekane… que se empeñaron en salvar vidas, cuando tan poco valía una vida.
La novela tiene un inicio muy potente, con el sanguinario bombardeo de Tudela (una ciudad que sufrió la ira y la violencia de unos y otros) el 13 de agosto de 1937, mientras una mujer da a luz. Sitúa unos hechos reales narrados con su estilo periodístico, desarrollado durante años en los medios de comunicación donde ha trabajado, y nos lleva de la mano para conocer la vida de sus personajes, para adentrarnos en sus almas.
Para aprender a escribir hay que aprender a mirar y Ana en esta novela demuestra que sabe mirar, observar el lugar, los personajes, los acontecimientos, y nos los cuenta a través de unos personajes creíbles.
Ana tiene la mirada del periodista de investigación, ávido por conocer sentimientos y verdades, una mirada inquieta y se nota en su escritura ágil, fresca, precisa, descriptiva y profunda, muy en un estilo galdosiano de su tan admirada Almudena Grandes. Gracias a estos personajes que sobrevivieron p odemos hoy tener un futuro compartido. Recuérdalo tú, recuérdalo a otros.
Recomiendo leer esta novela de una de las periodistas culturales más activas de Aragón. No defrauda y emociona.