Los clientes del sexo de pago se convierten en el nuevo objetivo del chantaje de las mafias
ZARAGOZA. Las estafas, como las modas, experimentan una evolución constante. Y los clientes de los portales de internet que ofrecen sexo de pago se han convertido en el nuevo objetivo de las mafias que hacen de la extorsión su particular negocio.
Uno de los líderes de la mayor organización criminal especializada en este tipo de chantajes, destapada en 2018 en Teruel y de la que se calcula que pudieron ser víctimas hasta 4.000 personas, recalará pronto en la capital aragonesa. Porque, antes de ser juzgado por la macrocausa que todavía se instruye en la Audiencia Nacional, habrá de responder como presunto autor de otra estafa similar denunciada en 2022 por un usuario de la página de contactos www.pasion.com en la provincia de Zaragoza.
El acusado es Ismael Bousnina Obando, de 32 años, pero no estará solo en el banquillo, ya que junto a él se sentarán Beatriz I. T., Francisco P. P. y Rosa D. P. La Fiscalía les imputa un delito continuado de extorsión y otro de pertenencia a grupo criminal. Por su condición de reincidente, para el primero, conocido por el alias de Salva, solicita una condena de cinco años de prisión, seis meses más que para el resto. Pero la acusación particular, a cargo de Joaquín Tortajada, va más allá, añade un tercer delito de estafa y propone para todos penas de once años. Tampoco se han puesto de acuerdo el Ministerio Público y el abogado del denunciante en la cuantía de la indemnización, ya que el primero reclama 12.000 euros y el segundo, 20.000.
Pero, ¿cómo consiguieron Salva y sus presuntos colaboradores forzar a la víctima para que desembolsara tanto dinero? Según los investigadores de la Guardia Civil, lo hicieron recurriendo a las amenazas directas, como habían hecho años antes con miles de personas de hasta 23 provincias españolas: la mayoría anónimas, pero otras bastante conocidas, como Abelardo Fernández, entonces entrenador del Alavés y exjugador de Sporting de Gijón y Barça. Él propio futbolista reconoció en una comparecencia pública que había efectuado cuatro pagos por un importe total de 30.000 euros.