El secreto del whisky de Morata de Jalón
La nueva bebida de Bodegas Jaime es Bellos, «el primer whisky afinado en barrica de vermú del mundo»
Manhattan es un distrito de Nueva York y Bellos recuerda a los celtíberos que habitaron la zona de Morata de Jalón. Manhattan es whisky con vermú y Bellos es un whisky afinado en toneles de vermú, «el primero del mundo». Las moratinas Bodegas Jaime son las artífices de esta nueva bebida, que esconde la curiosidad y pasión de Martín Jaime y la esencia de Turmeon, su vermú bandera. Este whisky es «único en el mundo».
La base es un ‘single malt’ de un lustro. El proceso se inicia con una selección de granos, que se maltean y se ahúman ligeramente con turba. Tras una maduración de tres años en barricas de roble blanco –lo que le brinda «finura y sutil sabor»– se afina en toneles donde previamente ha reposado Turmeon. «Esta última fase le otorga un carácter y sabor distintos», analizan en Bodegas Jaime. «Todo el espectro de sabores que encontramos en Bellos procede exclusivamente de los granos seleccionados y los toneles únicos de Turmeon que imparten su esencia al whisky».
«El resultado es ahumado, donde también se aprecian los matices botánicos», lo define Jaime. Además, guarda un atractivo color dorado fruto del caramelo. «El proceso de envejecimiento en barricas de vermú simboliza el encuentro de dos herencias: la tradición celta del whisky y el carácter distintivo del vermú español», explica Martín.
«El espíritu innovador de Turmeon impregna cada gota de este whisky», resalta Jaime. «Gracias a la experiencia y conocimiento adquirido con nuestros vermús, hemos podido ensalzar la creatividad al mundo del whisky, afinándolo en barricas que antes contenían nuestro vermú insignia y aportándole un carácter inimitable», añade su creador.
¿CÓMO SURGIÓ? «En plena pandemia, en ese tiempo en el que casi no sabíamos qué hacer, se me ocurrió meter ginebra en toneles de vermú y el resultado fue buenísimo», recuerda Martín. Solo elaboró 500 botellas que destinó a la Fundación Cedes.
Después probó con otras bebidas espirituosas como vodka y whisky, y con esta última comprobó que el resultado encajaba «muy bien».
El sello que acuña las botellas es el mismo que su familia utilizaba en el lacre antaño y el que conlleva calidad, innovación y creatividad. Esta nueva referencia significa «expandir nuestro legado de calidad y pasión a nuevas fronteras». De hecho, este whisky moratino se ha abierto camino en China, Japón o Estados Unidos, donde han comprobado que había consumidores «ansiosos por descubrir y disfrutar de nuevos whiskies». «Nos llena de orgullo ver cómo todas nuestras creaciones ganan reconocimiento y aprecio a nivel internacional», valora Martín Jaime.
De momento, han elaborado un total de 700 botellas –por cierto, con un diseño muy moderno–, que estarán disponibles en la tienda de la bodega, en Vinos Goya de Zaragoza y en la página web. Bellos se puede encontrar en el mercado entre los 30 y los 35 euros. Con la aceptación que está teniendo este whisky, prometen nuevas producciones, pero siempre sin superar las 3.000 botellas por año para preservar su personalidad.