La Zaragoza de ‘La estrella azul’
Llegó el día: más de 80 salas comerciales de toda España estrenan ‘La estrella azul’, película de Javier Macipe basada en los últimos años de la vida del músico Mauricio Aznar. Una ficción de factura impecable, tan emotiva en lo artesano como vibrante en la trama, que ha cautivado audiencias y jurados en una docena de certámenes fílmicos en todo el mundo.
Han sido casi diez años de proceso creativo, más de tres de rodaje interrumpido y milagrosamente retomado cuando parecía que la aventura acabaría abruptamente, casi seis meses de ilusiones renovadas (desde que el Festival de Cine de San Sebastián la aplaudió sin reservas y premió por partida doble) y 15 días de locura en Zaragoza, tras la colocación de una escultura de Mauricio Aznar en el paseo de la Independencia
La película de Javier Macipe, basada en el último tramo de la vida de Mauricio Aznar, se estrena hoy en más de 80 salas comerciales de toda España y recorre con detalle la ciudad en la que nació el músico
(obra del hermano mayor de Javier, Joaquín Macipe, y de Daniel Elena) y las aceras de esta céntrica vía se poblaran de estrellas azules.
«¡Anda! Pero si esto es en...» Ahora llega el tiempo de recolecta tras el esfuerzo. Y aunque es una historia universal, que transcurre a caballo entre Zaragoza y Argentina y geolocaliza emociones más que escenarios, la localidad natal de Aznar tenía que aparecer en la historia. Así fue. Hasta 15 localizaciones de la ciudad (más o menos reconocibles) aparecen en pantalla.
La antigua Escuela de Artes de la Plaza de los Sitios es uno de esos marcos elegidos. También el Museo del Patio de la Infanta de Ibercaja, que alberga una escena de ruptura muy entrañable con la aparición puntual del actor zaragozano José Luis Esteban; los porches de la calle Bilbao son testigos de una charla crucial entre dos de los protagonistas, y asoma cierto portal de la calle Diego Castrillo, junto a la calle del Caballo.
En la calle de Bilbao hay varios detalles interesantes, que enmarcan una charla entre el protagonista y el personaje de Ana (Bruna Cusí, actriz de ‘Verano 1993’, ‘Incierta gloria’ o la reciente ‘Upon entry’), amén de una veintena de figurantes y varios coches de la época (taxis incluidos, con una franja rojigualda aragonesa ya en desuso) reflejada en la película: mediados de los 90. Esta grabación, de hecho, fue el punto y final del rodaje antes de que el material pasara a otro lugar, siempre delicado y definitivo en cuanto al resultado final: la sala de montaje.
Y se hizo la música
Las actuaciones musicales tienen dos puntos clave, rodados con rector y guionista Javier Macipe.
Al abordar la vida de su protagonista, con un estilo preciso, siempre cálido y tan lleno de sentimiento, Macipe derrocha naturalidad, lo que hace que aún nos sintamos más cerca del personaje y de sus sentimientos, de su forma de ser y sufrir.
El cineasta hace un retrato del músico en el que nos hace sentir su devoción por él, permitiéndonos asistir a ese viaje de descubrimiento a Argentina en busca de aquel grande que fue Atahualpa Yupanqui. años de separación por la pandemia: el Centro Cívico Delicias y el pabellón Príncipe Felipe. También se emplearon puntualmente la sala Multiusos del Auditorio y el Teatro Principal.
El rodaje en el Centro Cívico Delicias fue catártico y, al mismo tiempo, preludio de una tragedia, que supuso el mazazo casi definitivo a la iniciativa de la película, dada su envergadura. Se entenderá rápidamente por la fecha: 11 de marzo de 2020. Todo el mundo en España recuerda lo que ocurrió tres días después: una tragedia que segó miles de vidas en todo el país, una emergencia planetaria que dejó además colateralmente muchas víctimas en forma de proyectos empresariales, creativos y personales. ‘La estrella azul’, que tenía la dificultad añadida de un océano en medio de sus dos entornos principales de
Luego, ese viaje parará en Santiago del Estero, donde entrará en contacto con los Carabajal y con el llamado padre de la chacarera, Carlos Carabajal (en el filme interpretado por Cuti Carabajal). Allí verá la luz y, posiblemente, fue el lugar en el que encontró la paz, reforzó su pasión poética, vivió la música que más amaba con más intensidad y se sintió más a gusto consigo mismo. Es lo que a mí me transmite ‘La estrella azul’.
Hay que tener un gran talento, mucho tacto y ser muy sutil para hacer una película como