Trump barre en Carolina del Sur a Nikki Haley, que se resiste a retirarse como rival
NUEVA YORK. Donald Trump ha encadenado de forma consecutiva las tres victorias más importantes de las primarias republicanas con una contundencia abrumadora. Es, sin ninguna duda, el candidato oficioso del partido a la presidencia, que se enfrentará, igual de oficiosamente, a Joe Biden en noviembre, su oportunidad para la revancha. Pero el hecho de que su rival, Nikki Haley, siga en la contienda, incluso después de perder en casa el sábado, pone de manifiesto su vulnerabilidad en las generales.
El aparato republicano especula con las motivaciones de la exembajadora de Trump en la ONU para seguir en las papeletas, sin haber ganado una sola plaza ni tener expectativas de hacerlo. Unos dicen que ordeña la vaca de los donantes, y otros, que invierte en subir su perfil de cara a una futura candidatura en 2028, dado que solo tiene 52 años y ambiciones políticas probadas. Sin descartar posicionarse para el vacío potencial de que a Trump le fallase la salud o los tribunales, ella asegura que sus motivos son más puros: «Simplemente no creo que Donald Trump pueda batir a Joe Biden», dijo el sábado por la noche, al reiterar su decisión de seguir en la competición.
En su Estado natal, donde ganó dos veces la gubernatura, ha obtenido casi el 40% de los votos y no es «un grupo minúsculo». Pese a que se apoyó en el Tea Party para ganar elecciones y le corresponMADRID. dió con algunas de las leyes más radicales del país en tema de inmigración, Haley se presenta como la opción cívica del Partido Republicano, que sigue la tradición conservadora y garantiza la democracia con su presencia en las papeletas. El resultado demuestra «que hay un enorme número de votantes republicanos que quieren una alternativa», dijo.
El 75% de los votantes de Nikki Haley cree que las elecciones de 2020 que dieron la victoria a Biden fueron justas, en contraste con el alarmante 62% de los votantes republicanos que le considera un presidente ilegítimo, coronado mediante unas elecciones corruptas. Ese mensaje que movilizó a las masas para el asalto al Capitolio de 2021 ha sido remachado tanto en los últimos tres años que empieza a calar. Si Trump perdiera en noviembre, una gran parte de la población pensará que han vuelto a robarle las elecciones.
«Más unido que nunca»
El pánico que desata su vuelta justifica la idea de que el partido en el poder no permitirá que gane. Haley es, en ese sentido, lo mejor que podría pasarle a EE. UU., porque la victoria de Trump o Biden es una receta segura para el caos y puede que para la violencia. «Lo que nos están pidiendo es que nos peleemos los unos contra los otros, y la generación más joven, la de mis hijos, se merece algo mejor», concluyó ella.
En un hipotético enfrentamiento con Biden, Haley le gana con tranquilidad por entre 13 y 18 puntos, mientras que Trump le saca solo dos. El magnate subrayó en dos ocasiones que el partido está «más unificado que nunca».