Una Carrera del Ebro con susto
Un hombre de 50 años tuvo que ser reanimado al entrar en parada cardiorrespiratoria en plena prueba
ZARAGOZA. Espectacular Carrera del Ebro. La lluvia caída sobre Zaragoza no arruinó la prueba. Al revés. Los más de 3.000 participantes se crecieron ante la adversidad para atravesar el Campo de San Gregorio, con sus pistas prácticamente embarradas, en una mañana para valientes que terminó con susto.
Un corredor de unos 50 años de edad entró en parada cardiorrespiratoria y tuvo que ser reanimado por los servicios médicos de la prueba, antes de ser evacuado al hospital Clínico de Zaragoza, donde se encuentra estable y fuera de peligro.
Según informaron desde la organización, el incidente tuvo lugar en torno a las 11.30 en las inmediaciones del Centro Aragonés del Deporte. El hombre, que participaba en la prueba de 25 kilómetros, la trail larga, se encontró indispuesto y precisó de la rápida asistencia del personal sanitario que velaba por la seguridad de un evento que se ha convertido en un clásico del atletismo.
Ayer volvió a contar con tres distintas modalidades: la referida trail larga, con un exigente trazado de 25 kilómetros; la trail corta, de poco más de 13 kilómetros; y la andada, igualmente de 13.
La primera de estas carreras comenzó a las 9.00, justo cuando la lluvia remitió en la capital aragonesa, con un itinerario que discurrió por los barrios del Actur y Juslibol, la estepa del campo de adiestramiento, los famosos escarpes y los barrancos de la ribera.
En categoría masculina, el ganador de la trail larga fue Carmelo Lucea (1:38:58), seguido de Héctor Franco y José Antonio Gimeno. En la femenina, sobresalió Elena Sainz (2:03:15), por delante de Charli Alston y Teresa Prieto.
En la trail de 13 kilómetros, los ganadores fueron Javier Castells (00:48:21) y Lorena Plano (00:54:47), en una jornada que volvió a servir para estrechar los lazos de la sociedad civil con sus Fuerzas Armadas, además de para recaudar fondos para proyectos solidarios, como los que despliega la Brigada Aragón en sus misiones nacionales e internacionales.
En esta edición, todo el dinero recogido -a través de las inscripciones y de las aportaciones de los patrocinadores- va destinado a
Cáritas Castrense, con objeto de continuar con el apoyo que se está dando a Basi, un niño maliense que fue trasladado en 2022 a Zaragoza para recibir tratamiento de la neurofibromatosis que padece y que le pueda ser extirpado el tumor que afecta a su rostro.
Desde la organización se destacaba ayer el esfuerzo que hicieron los corredores por tomar la salida. De las 3.300 personas que retiraron su dorsal, menos de 300 se quedaron sin salir a consecuencia de las circunstancias climáticas, de ese agua que cayó sobre la capital aragonesa durante la madrugada y que amenazaba con seguir durante la prueba.
Por suerte, amainó antes de que sonara el pistoletazo de salida y, a pesar de que el barro ha incrementado la dureza del recorrido, los participantes acabaron satisfechos con lo vivido.