Bruselas relajará la exigencia ambiental y se abre a prorrogar las ayudas al campo
Reconoce la difícil situación del sector y se plantea incentivar las prácticas ‘verdes’ en vez de hacerlas obligatorias
BRUSELAS. La adopción del Pacto Verde y el inicio de la guerra en Ucrania han llevado a la Unión Europea (UE) a reorientar sus políticas agrícolas. Los ministros de Agricultura de la UE se reunieron ayer en Bruselas para discutir medidas para responder a las exigencias del sector, que bloqueó con tractores el barrio europeo de la ciudad y que se ha manifestado en la mayoría de capitales europeas durante el último mes. Los países europeos pusieron sobre la mesa 500 propuestas y Bruselas se ha comprometido a estudiarlas. Además, flexibilizará las exigencias medioambientales y ha abierto la puerta a prorrogar el marco de ayudas de Estado hasta la campaña 2024-2025.
«Los requisitos medioambientales de la Política Agrícola Común (PAC) se han vuelto más exigentes en un momento excepcional del mercado», explicó ayer el ministro de Agricultura belga, David Clarinval, cuyo país ostenta la presidencia rotatoria del Consejo Europeo. A corto plazo, el Ejecutivo comunitario propondrá hacer una interpretación «más flexible» de las «circunstancias excepcionales» en las que se pueden amparar los agricultores para no cumplir los requisitos para recibir la ayuda de la PAC. Bruselas considera que el sector está trabajando en circunstancias extraordinarias –debido a la presión de los mercados debido a la guerra de Ucrania– y su intención es que no se les penalice este año si no pueden cumplir con los requisitos de condicionalidad –los relativos a la rotación de cultivos, al barbecho, etc.–. A largo plazo, también se plantea revisar estas políticas y hacerlas voluntarias. El comisario de Agricultura, Janusz Wojciechowski, aseguró que «lograremos mejores resultados si incentivamos las prácticas respetuosas con el medioambiente en vez de hacerlas obligatorias».
La Comisión Europea es consciente de las perturbaciones que han producido en el mercado las importaciones de grano ucraniano. «Con el bloqueo del mar Negro, Kiev ha perdido gran parte de su mercado (China, Indonesia, India, Egipto…) y ha redirigido parte de esos alimentos a
Europa», explicó Wojciechowski. La situación afectó primero a los agricultores de los países limítrofes y ahora las consecuencias se extienden a todo el continente. Las cifras de importaciones y exportaciones muestran un claro desequilibrio: la UE exporta a Ucrania alimentos por valor de 6.000 millones, mientras que importa unos 25.000 millones.
Varias medidas
El Ejecutivo comunitario ya ha planteado algunas medidas para aliviar las situación del sector primario. Ante las protestas en diferentes capitales europeas, Bruselas retiró a principios de mes su plan para reducir el uso de los pesticidas en un 50%. Además, publicó una propuesta para una exención parcial de la norma sobre tierras de barbecho –que exige mantener un 4% del terreno sin explotar– y reducir a la mitad las inspecciones a las granjas. Bruselas también se ha abierto a revisar la PAC para aligerar la carga administrativa de los pequeños agricultores y que queden exentas de controles las explotaciones de menos de diez hectáreas. Sólo en España el ministro de Agricultura, Luis Planas, calcula que esta medida beneficiaría a unos 345.000 agricultores, el 55% de los perceptores de la PAC. El ministro exigió ayer «urgencia» y «contundencia» en los trabajos legislativos para dar respuesta a las demandas del sector antes del final de la legislatura europea. Tras la reunión, fuentes del Ministerio señalaron que Bruselas «ha entendido las preocupaciones españolas» y que la propuesta recoge «buena parte» de sus demandas. «La orientación es la correcta y hay voluntad de dar respuesta a sus demandas», concluyó Planas.