LA TECNOLOGÍA ESTÁ EN LA MIRADA HUMANA
PREGUNTA Desde 2014, el Instituto Tecnológico de Aragón ha sido Itainnova. Diez años después, retoma sus siglas originales, ITA. ¿Por qué?
RESPUESTA Porque nunca ha dejado de ser ITA. El logo anterior seguía teniendo la palabra ITA, que estaba en boca de todo el mundo, así que decidimos volver a los orígenes. Ser como el MIT aragonés. Simples de nombre, excelentes en tecnología. La innovación está en nuestro ADN, no hace falta que esté en el nombre.
P. ¿Qué mensaje hay detrás de la renovación de la marca?
R. En nuestras letras se esconde nuestra esencia: A de aprende, T de transforma, I de impacta. Somos un centro tecnológico público que aprende para ayudar a que las empresas se transformen y, gracias a ese cambio, generen un mayor impacto positivo en la sociedad. Queremos que las empresas sientan más que nunca que estamos ahí, con ellas, que cada vez somos más abiertos a nuevas formas de trabajar y que lo hacemos para generar impacto; la tecnología es nuestra herramienta para ello. Y por otro lado, transmitir modernidad, nos gusta trabajar entre el futuro y el presente, y queremos que los jóvenes nos vean como su lugar de aprendizaje y de estar en contacto con la empresa tras salir de la universidad.
P. El último plan estratégico marcaba el rumbo hasta 2023. ¿Cuáles serán las líneas maestras del próximo? ¿Hacia dónde va el ITA?
R. La nueva marca es el cierre del antiguo plan estratégico, pasamos de aquel #EnergyToImpact, donde hablábamos de que la energía en colaboración se multiplica y,
El verano pasado, una de las torres de ascensores del ITA cambió de cara, un vistoso mural en tonos azules la hizo aún más visible. El cambio de marca y el mensaje ‘aprende, transforma, impacta’ conectan plenamente con ello. «Tiene todo el sentido. Transformarnos nosotros mismos para generar impacto: visual, seguro, y esperemos que también cale el mensaje en algunas personas», explica Esther Borao. Las torres son lo que se ve nada más llegar al Campus Río Ebro y quisieron convertirlo en un símbolo.
El mural es el resultado de un ‘workshop’ con personas del ITA y estudiantes de la Escuela de Ingeniería y Arquitectura. Acordaron comunicar que «la tecnología está en la mirada humana, que la innovación está en el hacer y que tanto la universidad como
gracias a ello, generamos mayor impacto, al ‘aprende, transforma, impacta’. Este mensaje será nuestro guía en el próximo plan. ¿Para qué aprendemos? Con ello, ¿qué transformamos? ¿Y cuál será el impacto que quedará? En este plan seguiremos trabajando en las alianzas y el ecosistema, con nuevas formas de trabajar que nos permitan aportar más valor y llegar a más lugares. Haremos un nuevo plan tecnológico que tienda al impacto y, sobre todo, seguiremos trabajando en las personas. Hemos crecido estos años, somos ya 300 personas y este es el mayor valor del centro. Debemos seguir mejorando para ser ejemplo y, como dice Xavier Marcet, «crecer haciendo crecer».
P. ¿Ha calado la idea de un ecosistema de innovación abierta? ¿Qué retos quedan por delante?
R. Todavía nos queda trabajo, es uno de los puntos que trabajaremos en el próximo plan estratégico. Estamos viendo que se están creando nuevas formas de trabajar nosotros somos ese faro que guía a estudiantes y empresas en el futuro de la tecnología», indica Borao.
El ITA está ahora mismo, asegura, en «una remodelación o creación de nuevos laboratorios con la filosofía de demostradores de tecnología, de laboratorios abiertos donde no solo puedes ver sino también tocar y experimentar la tecnología».
Lo último con lo que se ha equipado el ITA es con aerogeneradores y placas solares «para un laboratorio nuevo que estamos creando donde experimentar con energía proveniente de distintas fuentes». Por otro lado, el Digital Imagination Center ya dispone de una red 5G privada para probar nuevas tecnologías alrededor del concepto de industria conectada.
donde las empresas se unen poniendo dinero junto a la Administración pública para trabajar en retos grandes y de forma diferente a lo que se ha venido haciendo hasta ahora. Es el caso de Innova IRV en Málaga o Impulsa en Galicia. Para ello hace falta liderazgo, visión, colaboración y generosidad, porque no es algo donde podamos ver frutos a corto plazo. P. El ITA siempre ha tenido vocación de servicio a las empresas y de conector. ¿Qué les ofrece hoy? R. Desde hace 40 años la misión del ITA ha sido ayudar a las empresas a ser más competitivas a través de la innovación tecnológica y para ello ofrecemos tanto servicios tecnológicos como la realización de proyectos de I+D. En estos últimos años hemos creado programas para que la innovación llegue a empresas y emprendedores de una manera más sencilla. Además, somos impulsores de conexiones y creamos espacios que ayuden a la colaboración entre empresas, entidades diversas y estudiantes.
Por ello nos recorrimos la región conociendo ayuntamientos, asociaciones y empresas, creamos el Digital Imagination Center o tenemos presencia en todos clústeres de Aragón.
P. ¿Cómo entienden la innovación desde el ITA y por qué las empresas deberían plantearse innovar?
R. Más que de innovación, en el ITA nos gusta hablar de innovadores, porque las innovaciones caducan, pero los innovadores perduran. Ayudamos a esas empresas y personas en lo que necesiten: financiación, técnicos, proveedores, digitalización y sostenibilidad, formación en tecnología y liderazgo... Que se sientan siempre acompañados, porque no es un camino fácil, pero las empresas tienen que pasar por él si quieren seguir siendo relevantes en una sociedad cada vez más tecnológica.
P. La digitalización de las pymes aragonesas es la gran meta de los últimos años. ¿Cómo estamos?
R. Notamos un gran cambio en la disposición de las empresas para
P.
R.
«NOS GUSTA TRABAJAR ENTRE EL FUTURO Y EL PRESENTE, QUE LOS JÓVENES NOS VEAN COMO SU LUGAR DE APRENDIZAJE Y DE CONTACTO CON LA EMPRESA»