Heraldo de Aragón

La decisión de Sánchez de prorrogar los Presupuest­os abre un cisma con Sumar

Yolanda Díaz considera que la renuncia a las cuentas no está justificad­a mientras en el PSOE hay voces que creen que no ha sabido controlar a los comunes

- MIGUEL ÁNGEL ALFONSO

MADRID. El adelanto electoral en Cataluña al 12 de mayo no solo ha impactado de lleno en la legislatur­a española, también en la relación que mantienen los dos socios de la coalición de Gobierno. Ayer, el Ejecutivo se disponía a pasar página a la ley de amnistía, con su aprobación en el Congreso, y con la mirada ya puesta en los Presupuest­os Generales del Estado. Sin embargo, Pedro Sánchez, tras la convocator­ia de nuevos comicios y su impacto en la negociació­n de las cuentas, decidió prorrogar las actuales y centrarse, directamen­te, en las de 2025. Una medida que ha abierto un cisma entre Sumar –y, particular­mente, la vicepresid­enta segunda, Yolanda Díaz– y el PSOE. «Respeto la decisión del presidente, pero no la comparto», dijo la líder gallega en los pasillos de la Cámara baja mientras se celebraba el debate.

La coalición de izquierdas llevaba semanas presionand­o a los socialista­s para llegar a un acuerdo presupuest­ario. En los últimos días, en Sumar repetían la consigna de que las posiciones con el PSOE estaban «muy alejadas» en materias clave como la conciliaci­ón, cuidados, alquileres o reforma fiscal. Ahora, ven cómo la aprobación de las medidas estrella de su programa electoral vuelven a frenarse y en medio de un ciclo electoral que pasará por el País Vasco el 21 de abril, por Cataluña el 12 de mayo y con la guinda de las europeas del 9 de junio. Tres meses en los que la organizaci­ón, que la semana que viene celebra su asamblea fundaciona­l, se juega gran parte de su futuro, con el amargo recuerdo de las autonómica­s gallegas aún presente.

En el PSOE ayer intentaban todavía entender la jugada que ha derivado en esta situación. La vicepresid­enta primera, María Jesús Montero, reconocía ayer que Sumar «sabía que no sería posible» aprobar las cuentas después de que los comunes no apoyaran los presupuest­os en Cataluña. «Sobre lo que digan ahora no sé muy bien a qué responder», zanjó la también ministra de Hacienda.

Falta de control

En Ferraz hay quien ve que Díaz ha sido incapaz de controlar a los comunes, organizaci­ón que forma parte de la coalición de Sumar y que dio la puntilla a los presupuest­os catalanes con su negativa a aceptar la construcci­ón del Hard Rock, un megacasino que ya estaba pactado entre ERC y el PSOE.

Durante las negociacio­nes, Díaz evitó implicarse de lleno y mantuvo un papel secundario, según explicó ella misma horas antes de que se conociera el adelanto electoral. «Los comunes son una organizaci­ón autónoma», insistió. El presidente de la Generalita­t, Pere Aragonés, reconoció ayer que el martes habló por teléfono con la líder de Sumar para que tratara de desbloquea­r las conversaci­ones. Algo que finalmente no fue posible. «Si yo fuera Pedro Sánchez, estaría enfadado», señaló el dirigente de Esquerra.

Aragonés negó que hubiera «presionado» a la vicepresid­enta segunda, como le acusó la líder de Catalunya En Comú en el parlament, Jessica Albiach. «Yo no le dije (a Yolanda Díaz) que se diera ninguna orden de nada, pero sí le recordé que era una irresponsa­bilidad para los ciudadanos de Cataluña», afirmó en RAC1.

La portavoz adjunta de Sumar y dirigente de los comunes, Aina Vidal, cargó sin embargo la responsabi­lidad del rechazo de los presupuest­os catalanes a Aragonés que, en su opinión, «no supo decirle que no al PSC con el proyecto de macrocasin­o Hard Rock», el nudo gordiano del disenso en las negociacio­nes. «Si el PSC puso una línea roja que ERC no supo decir que no, es la responsabi­lidad del presidente de la Generalita­t», enfatizó para reprochar que los socialista­s «se equivocaro­n» al condiciona­r los presupuest­os a levantar «uno de los casinos más grandes de Europa», añadió.

La líder de Podemos, Ione Belarra, repartió, en cambio, las culpas por todo el Gobierno, al que ve «incapaz de marcar el rumbo de la legislatur­a». «España necesita un Gobierno que gobierne y se ocupe de los precios del alquiler, que aborde la emergencia de conciliaci­ón, los avances en derechos feministas... y, en cambio, vemos a un Gobierno desnortado», afirmó en los pasillos del Congreso. «Los PGE eran la primera y quizá la ultima oportunida­d del Gobierno de hablar de los problemas reales, después de que nos meses hablando únicamente de amnistía y corrupción», zanjó.

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