ERC y Junts abogan por un nuevo Govern independentista y exigen un referéndum
Carles Puigdemont anunciará la semana que viene si se presenta como candidato a las elecciones catalanas
BARCELONA. La aprobación de la ley de amnistía dejó ayer imágenes de sintonía entre las fuerzas independentistas, que hacía tiempo que no se veían. Minutos después de la votación, a las puertas del Congreso, los diputados de ERC y Junts se abrazaron y celebraron juntos lo que consideran un triunfo político. Los independentistas hicieron piña en el tramo final de la negociación de la amnistía y volvieron a hacerlo ayer en el Parlamento español, mientras advertían al Gobierno central de que el «conflicto continúa» y «no pararán hasta la autodeterminación». La batalla electoral entre las dos fuerzas secesionistas va a ser a cara de perro. Pero en el horizonte, ambas piensan en reeditar un nuevo Gobierno independentista, manteniendo el pacto tácito, según el cual se comprometen a apoyar en la investidura al que quede de ellos dos por delante en las urnas.
Esquerra y Junts escenificaron ayer una tregua escénica, afinidad en cuanto a los pactos postelectorales y unidad estratégica en el programa nacionalista. En sus intervenciones durante el debate de la ley de amnistía, los representantes de Esquerra y Junts coincidieron en advertir al Gobierno de que la amnistía no supone el punto final de nada, sino que es la «ventana» que debe abrir la negociación de un referéndum, de cara a la siguiente legislatura catalana. Si el Gobierno y los socialistas hablan de reconciliación y de final de etapa, los nacionalistas catalanes insisten en mantener el pulso reivindicativo y reclaman pasar a la pantalla de la autodeterminación.
En cualquier caso, y a pesar del buen rollo que dejó el efusivo abrazo entre Nogueras (Junts) y Jordà (ERC), la alianza secesionista postelectoral no está asegurada ni mucho menos. Dependerá de la aritmética. El presidente de la Generalitat, no obstante, apostó ayer por reeditar el pacto entre fuerzas independentistas que permitió su investidura en 2021. El día después de anticipar las elecciones, el jefe del Ejecutivo catalán aseguró que su intención es contar con el apoyo de Junts para avanzar en un pacto fiscal para Cataluña y negociar las bases de un referéndum.
Su prioridad es pactar con Junts, lo que frustraría los planes ‘pacificadores’ del Gobierno en Cataluña con Illa. Los postconvergentes salieron del Govern en octubre de 2022, por su negativa a negociar con Sánchez. Los de Puigdemont cambiaron con posregularizar
La máxima en los cuarteles generales de todos los partidos políticos en
Euskadi es clara: que el inesperado adelanto electoral en Cataluña no altere sus planes para la campaña vasca. Las formaciones rechazan, al menos en público, cualquier tipo de efecto secundario con este giro de los acontecimientos, aunque en privado admiten que la situación es impredecible y que el riesgo de ‘contaminación’ en el ambiente existe. En lo que coinciden los representantes es en que las elecciones vascas y catalanas discurren por sendas muy distintas.