«No publiqué antes por respeto a la literatura»
Tengo que recordar a mi madre con la que recorrimos Europa y España conduciendo ella cuando viajar era, en España, un verbo extraño. Nos transmitió con eficacia su pasión por viajar. El resto ha venido de algo que sí me autorreconozco como cualidad: la pasión por saber.
¿Cuál fue su primer viaje inolvidable?
Recuerdo viajes que no sólo construyeron mi personalidad viajera sino mi propia identidad. Aquel viaje con mis padres en un 850 hasta Dinamarca. O el encuentro en México y Guatemala con la lengua española, el mestizaje y el mundo maya. Y, por supuesto, los primeros viajes con Pilar Arenaz, mi mujer.
¿Qué ha sido más importante en su vida, su abuelo, todo un personaje, la huella de Antonio Machado o los consejos de Delibes?
Tuve la fortuna de nacer en una familia con múltiples referencias en la que la transmisión del valor de la libertad y de la inquietud intelectual fue un proceso natural que sólo con el tiempo he podido valorar adecuadamente. Las influencias literarias han sido múltiples. Me siento cómodo identificándolas con Machado y Albert Camus. A Delibes, además de espléndidas lecturas, le debo el favor de hacerme ver que el Derecho es lenguaje y que puede ser un puente para la literatura. ¿Qué se le había perdido en Irán?, ¿qué le atraía?
En Irán confluyen tres cosas que lo convertían a mis ojos en destino prioritario: por una parte, la antigüedad de su cultura que hunde sus raíces en una de las civilizaciones míticas de la antigüedad; por otra, su pertenencia singular al mundo islámico por el que siempre me he sentido atraído; finalmente, su protagonismo en la geopolítica contemporánea. Quería comprender mejor al Estado en el que confluían manifestaciones tan diversas.
¿Es un perseguidor de «detalles exactos», como dice Bonet, con su cámara y sus cuadernos?
No lo había pensado; es posible. El fotógrafo y el escritor de viajes tienen algo de cazadores. Necesitan
aprehender la realidad. Me define la inquietud. En muchas ocasiones, esa realidad es la suma de detalles, de instantes decisivos en el caso del fotógrafo. Pero siempre creo que se debe subordinar la aprehensión del detalle a una concepción general.
¿Qué le incomoda tanto del Ramadán? ¿Es como si se parase el mundo un poco?
Sí, es una definición perfecta. Ralentizó de manera notable el ritmo vital en muchos momentos del viaje. Y el viajero siempre quiere encontrarse con el pulso cotidiano del lugar que visita.
¿Por qué le seduce o le fascina tanto el zigurat?
El zigurat remite al origen, a Mesopotamia, remite a Babel, al sueño del hombre de alcanzar los