Del pasado al presente
La vuelta de Víctor Fernández al Real Zaragoza coincidirá esta tarde con el homenaje a los héroes del ‘Galacticazo’, 20 años después de aquella mítica Copa del Rey lograda ante el Real Madrid. La Romareda reunirá, por tanto, a mucha leyenda viva del zaragocismo, a una buena parte de ese pasado glorioso que cada vez suena más lejano por culpa de este interminable periplo por la Segunda División del fútbol español.
Una parte de ese Real Zaragoza pretérito se conjuga ahora en presente. El regreso de Víctor Fernández evoca a otros tiempos, bastante alejados de la mediocridad en la que se ha sumido el equipo en los últimos meses. Está por ver el impacto que va a tener en la actual plantilla la llegada del entrenador con más partidos en la historia del club. De la gloria de la historia a la dura realidad de esta Segunda División y de este Real Zaragoza. Está por ver cómo es el aterrizaje.
De momento, la música ya suena distinta. Si se aplica el manual de Víctor Fernández, la pelota dejará de ser un bulto sospechoso para los jugadores y pasará a ser algo que se cuida y respeta. El aficionado que acuda hoy a La Romareda espera ver otra cosa, otro fútbol, una ambición distinta y unas intenciones diferentes. «No podemos ser un equipo cagón», dijo el entrenador del barrio Oliver en la previa. Más allá del ‘recadito’ que supone esta frase para el anterior inquilino del banquillo, Víctor Fernández dijo lo que el zaragocismo piensa. En ese terreno, el técnico no tiene rival.
Esas buenas intenciones –con apenas cuatro sesiones de trabajo en la Ciudad Deportiva para aplicarlas– se someten hoy a una prueba de carga muy dura, contra la que probablemente sea la mejor plantilla de Segunda División. El Espanyol llega también con nuevo entrenador, también el tercero de la temporada pese a estar a un paso del ascenso directo. A Manolo González Zaragoza y La Romareda no le son extrañas y –seguro– ha metido un chute de energía a una plantilla que debería ir bastante sobrada. Duelo de históricos por tanto en La Romareda, partido con aroma a tiempos pasados que siempre fueron mejores.