La restauración del parador de Alcañiz protegerá las pinturas góticas y evitará las inundaciones
El proyecto admite que la torre Lanuza peligra y que los murales del siglo XIII se deterioran por las filtraciones
TERUEL. La restauración de los elementos patrimoniales del parador de Alcañiz, que acaba de salir a licitación por 2,3 millones de euros, resolverá los graves problemas de humedades de algunas dependencias, reparará las grietas que aparecen en muros y torres del castillo y consolidará la torre Lanuza, que presenta problemas estructurales que ponen en peligro su estabilidad.
La intervención, promovida por la empresa pública Turespaña con fondos para la recuperación económica, pretende también abrir al público algunos espacios del castillo de gran interés monumental, pero que están cerrados por su deterioro o por no cumplir las normas de seguridad exigibles para lugares visitables.
El proyecto básico refleja la situación precaria en la que se encuentran importantes zonas del monumento, donde proliferan las grietas, la suciedad por la falta de cerramientos en las ventanas y, sobre todo, la humedades y las inundaciones.
La intervención proyectada afectará a la puerta con arco que sirve de acceso principal al paraconservación dor y al tramo de muralla contiguo, a la fachada del palacio barroco donde se ubican las instalaciones hosteleras y a las torres Lanuza y del Homenaje, está ultima con sus excepcionales pinturas góticas.
La torre Lanuza, que está actualmente cerrada a las visitas turísticas, presenta graves daños en su cubierta, con grietas en sus cuatro caras, según detalla el proyecto. Además, sufre la pérdida de algunos elementos y fisuras «importantes» también en los muros. Al no contar con carpintería en las ventanas, los pájaros penetran en el interior y lo llenan de suciedad y, cuando se producen lluvias copiosas, las estancias se inundan. Las obras repararán la cubierta y los muros, colocarán la carpintería de las ventanas y recalzarán la cimentación.
Además de restaurar la torre, la actuación quiere «devolver» a los vecinos y a los visitantes la posibilidad de visitar «esta joya medieval con un altísimo valor documental y arquitectónico», señala el proyecto.
La torre del Homenaje, que contiene las monumentales pinturas góticas del siglo XIII que constituyen uno de los principales atractivos del parador, tampoco tiene cerramientos en las ventanas, lo que propicia que las estancias de la segunda y tercera plantas se inunden cuando hay fuertes lluvias. La entrada descontrolada de agua perjudica la de los murales de la primera planta.
Las filtraciones «están afectando negativamente a la conservación tanto del conjunto de la torre del Homenaje como a las pinturas góticas», advierte el proyecto, que incluye una actuación de «conservación preventiva» de los murales. El documento añade que, después de 20 años desde la última restauración, es preciso acometer algunas actuaciones como la estabilización de las pinturas, retirar repintes y reponer morteros desprendidos. En las pinturas del exterior del claustro, se instalará una «protección metálica» que impida el impacto directo de la lluvia o el granizo.
Algunas estancias también se anegan en el palacio barroco, destinado a la actividad hostelera, debido a «los fallos» del sistema de evacuación de aguas pluviales. La cafetería y la recepción sufren las inundaciones más importantes. El proyecto prevé desmontar el pavimento para instalar un nuevo sistema de desagüe del agua de lluvia que llega del patio central y de las cubiertas.
En el arco de entrada al conjunto del parador y en su tramo de muralla contiguo, aparecen grietas que amenazan su estabilidad. El proyecto prevé la reparación de las fisuras con la inyección de cal hidráulica o mortero de cal e instalar un sistema de «monitorización» para conocer el origen y evolución de los daños. Los sillares deteriorados se sustituirán por otros y se eliminarán los vegetales que deterioran el muro así como los árboles cercanos.