Un calendario de altura para mostrar carácter
Al conjunto azulgrana le esperan dos exigentes duelos en El Alcoraz frente al Burgos y Leganés, además de la visita al Albacete, que marca la permanencia
HUESCA. La mayor incógnita acerca del momento que atraviesa la Sociedad Deportiva Huesca es saber si el equipo será capaz de mantener el nivel que ha mostrado sobre el césped desde hace un par de meses, cuando se consumó la última derrota (2-3 frente al Eibar). A pesar del resultado, ya se mostraron signos de personalidad y dominio que no acabaron de materializarse. Desde entonces, cinco empates y tres victorias, esto es, ocho partidos sin perder y los últimos siete sin recibir ni un gol.
Con la vista al frente, el conjunto de Antonio Hidalgo buscará aprovechar los próximos compromisos en El Alcoraz para enriquecer una faceta que, a diferencia de otros años, lejos está de considerarse como uno de los puntos fuertes: los encuentros en casa. Si bien la positiva racha que ha acumulado la SD Huesca ha provocado una mejoría de los números como local gracias a las victorias frente al Alcorcón (1-0) y Andorra (2-0), se trata de una asignatura que todavía presenta margen de mejora.
Un horizonte incómodo
Y los próximos exámenes no son especialmente agradables: recibir al Burgos, que se sitúa en playoff; visitar al Albacete, que marca la permanencia; y recibir al Leganés, líder de la categoría. Todo ello, antes de la visita al Racing de Ferrol, que continúa con serias opciones de alcanzar los puestos de promoción de ascenso, y de recibir al Real Zaragoza en el que será el décimo derbi aragonés en El Alcoraz.
Después de superar con nota un mes y medio marcado por los enfrentamientos contra rivales directos por eludir el descenso, el cuadro oscense tiene por delante un calendario más que exigente, destacado por choques contra equipos de la parte alta de la clasificación. Ante ellos, tocará demostrar que el nivel exhibido hasta ahora también se puede seguir poniendo en práctica sin temer la propuesta del que esté enfrente, por muy poderoso que se presente. Ya se ha probado que el equipo está sabiendo mantener una dinámica que resulta diferencial, algo que le ha llevado a ser uno de los conjuntos más en forma de la Segunda División, si no el que más. Por delante, duros compromisos en El Alcoraz y lejos de él para continuar exhibiendo el carácter mostrado y la identidad de un equipo que sabe muy bien a lo que debe jugar. Es incontestable que gran culpa de ello debe atribuirse a Antonio Hidalgo y su cuerpo técnico.
En las doce jornadas que restan, lo cierto es que el play-off no será ninguna motivación por la que salir a por el triunfo en cada encuentro. Más cabal es pensar en amarrar la permanencia y seguir agrandando la distancia de siete puntos con el descenso. Una ventaja que se suponía más ilusoria que real dada la situación que se presentaba hace apenas dos meses. De la mano de Hidalgo, este mismo equipo es el que ha sabido darle la vuelta a una situación crítica y convertirla en un momento de estado de gracia, especialmente en la parcela defensiva. Factores que han dado lugar a la mejor época del año para un equipo que navega hacia un rumbo esperanzador, y que está ofreciendo motivos de sobra para creer en sus posibilidades.