La agricultura: pan para hoy y hambre para mañana
Los agricultores europeos llevan meses movilizados porque divisan un negro futuro. Sin duda son importantes estas movilizaciones, que además cuenta con la empatía de la mayoría de la población. Pero hay algo que no me agrada. ¿Se han levantado contra las políticas agrícolas y ganaderas aprobadas por nuestros fanáticos políticos de la Agenda 2030, que están destruyendo el campo y por lo tanto el futuro de sus hijos? ¿O más bien están movilizándose por sobrevivir el presente, sin preocuparse del futuro? Muchos se están conformando con unas migajas para sobrevivir unos pocos años. Están alcanzando unos objetivos ya calculados por el poder en la táctica de la zanahoria y el palo. Si realmente estamos preocupados por la agricultura, la ganadería y la pesca, las movilizaciones solo pueden buscar un objetivo: garantizar el futuro de estas actividades para crear puestos de trabajo y evitar que se vacíen, aún más, nuestros pueblos. La zanahoria atada al palo son las versiones de la Política Agraria Común (PAC) que nos han ido enseñando y conduciendo hacia la destrucción. La liberalización del mercado solo puede pasar por exigir que los productos importados de fuera de la Unión Europea pasen por los mismos controles de calidad y de derechos laborales que los que nos exigen en la UE. Si no es así, es de entender que no es posible un cambio generacional en el campo y la ganadería y la pesca. Y que nuestros campos se reconviertan entonces en campos de placas solares, con poco valor económico a causa de la saturación de esta industria eléctrica. Eduardo Félez Gutiérrez
CUARTE DE HUERVA (ZARAGOZA)