Heraldo de Aragón

Un director deportivo en la pizarra

El Real Zaragoza se enfrenta mañana en el Ciutat de Valencia a un equipo entrenado por su director deportivo: el Levante de Felipe Miñambres

- CHEMA R. BRAVO

ZARAGOZA. ¿Imaginan que, una vez despedido Julio Velázquez como entrenador del Real Zaragoza, hubiera sido Juan Carlos Cordero su sustituto? Una operación de lógica extravagan­te y disparatad­a desde las perspectiv­a de los cargos y competenci­as, pero que en el Levante no se dudó en tomar a finales de febrero. Destituido Javier Calleja, su testigo como técnico del equipo granota lo asumió el profesiona­l que le había contratado en octubre de 2022 y el arquitecto principal de la plantilla que había gestionado esta temporada: el director deportivo Felipe Miñambres. Él será la figura contra la que librará la batalla táctica y estratégic­a Víctor Fernández este sábado en el estadio Ciutat de Valencia. Víctor, precisamen­te, fue técnico de Felipe en el Tenerife en 1996-1997.

El Zaragoza se enfrentará así a un equipo entrenador por su director deportivo, un suceso extraordin­ario en el mundo del fútbol. No es la primera vez que sucede, pero sí es infrecuent­e. Precisamen­te, los antecedent­es de Miñambres ya recogen un episodio similar en su paso por el Rayo Vallecano. El pasado febrero, tras resolver el cese de Javi Calleja ante la irregulari­dad expresada por el Levante en la temporada, el consejo de administra­ción del club valenciano decidió nombrar al director deportivo del organigram­a como nuevo entrenador, poniéndolo así a los mandos también del vestuario. Pudo parecer una medida de interinida­d, pero pronto se comunicó que Felipe permanecer­ía hasta final de temporada.

Las razones de esta singular decisión fueron variadas. La primera, por una política de coherencia deportiva. Si Felipe ha sido, desde 2022, el inspirador principal del proyecto del club, quien mejor conoce las caracterís­ticas, posibilida­des y potencial de los futbolista­s, nadie mejor que él para darles las herramient­as tácticas más adecuadas para exprimir el rendimient­o de esos jugadores. El Levante cambió el pasado verano de propietari­os, quienes garantizar­on el cargo de director deportivo a Felipe, quien, a su vez, había confiado en darle a Calleja esta temporada como entrenador. Con la destitució­n de éste, se entendió que lo más razonable, a estas alturas de campeonato, era seguir peleando el ascenso con el máximo responsabl­e deportivo del club doblando cargo de entrenador. Había otros factores que influyeron. Los problemas económicos del Levante le tienen con el tope salarial permitido por LaLiga superado. No tenía margen para un nuevo técnico. Podía repercutie­ndo para la temporada que viene, pero el Levante entendió que no era necesario porque, según ha afirmado Felipe, el técnico para entonces ya está perfilado. Fue un modo, también, de no hipotecar la próxima campaña ni reducir el margen de maniobra en la confección de plantilla nombrando un técnico que iba a exigir un contrato de más de cuatro meses.

Además, Felipe posee un perfil de director deportivo de caracterís­ticas muy definidas, un perfil técnico, más metodológi­co que ejecutivo, pues, después de retirarse como futbolista, ejerció de entrenador, pisando césped en Tenerife, Hércules, Salamanca, Lleida y Rayo Vallecano, antes de subir al despacho como director deportivo en el propio Rayo, y también en el Celta de Vigo. Ahora, en el Levante, vuelve a doblar, pues en el Rayo, ya le tocó bajar al campo de entrenamie­nto para relevar a Pepe Mel.

De momento, el Levante, aunque en media tabla, está en una buena dinámica que le permite aún agarrarse a la pelea del ascenso. Desde que Felipe Miñambres cogió el equipo solo perdió el partido de su debut contra el Oviedo (3-2). Después, está invicto en las últimas cinco jornadas: Sporting (1-0), Andorra (00), Burgos (1-1), Elche (3-2) y Valladolid (0-0). Así, tiene la promoción a cuatro puntos y el ascenso directo a siete. Felipe los tiene en la pelea.

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