Heraldo de Aragón

«Lo más probable es que Irán ataque una embajada israelí, pero no es fácil»

ANALISTA DEL INSTITUTO PARA ESTUDIOS DE SEGURIDAD NACIONAL DE ISRAEL

- ZIGOR ALDAMA

MADRID. La guerra en Gaza siempre ha amenazado con extenderse por Oriente Medio. Pero el ataque del ejército hebreo contra un edificio de la embajada iraní en Siria ha multiplica­do las posibilida­des de que suceda. «Se avecina una tormenta», anunciaba el diario oficialist­a del régimen de los ayatolas, Tehran Times, en su portada del pasado viernes. «El régimen sionista se irá debilitand­o cada día, acercándos­e a su declive y extinción», añadía amenazante.

El escritor, analista del Instituto para Estudios de Seguridad Nacional de Israel e investigad­or del Centro de la Alianza de Estudios Iraníes de la Universida­d de Tel Aviv, Raz Zimmt, está convencido de que la represalia llegará. Experto eminente en los conflictos de la región, estos días visita Madrid para impartir una conferenci­a. A su juicio, de cómo responda Irán a la voladura del consulado, en el que murieron siete cargos de la Guardia Revolucion­aria, dependerá que el conflicto continúe escalando o que se logre salir de este «círculo vicioso de represalia­s de represalia­s». ¿Cuales son las opciones sobre la mesa y sus consecuenc­ias? Creo que Irán quiere vengarse de forma directa y no a través de las milicias que financia. Lo más relevante es qué tipo de objetivos buscará. En mi opinión, el ataque en Damasco no ha cambiado la estrategia iraní de evitar un enfrentami­ento militar directo con Israel y Estados Unidos. Pero sí creo que los iraníes están dispuestos a correr más riesgos que antes, sobre todo porque se atentó contra un alto cargo de su ejército. Por eso, creo que no se puede descartar que busquen objetivos militares o estratégic­os dentro de Israel, si consideran que no provocarán una represalia directa. En cualquier caso, lo más probable es un ataque contra Israel fuera de sus fronteras. O sea, contra alguna Embajada. Ya sea a través de atentados terrorista­s, drones o incluso misiles. Pero no es fácil.

¿Ha cometido Israel un error estratégic­o con su ataque a la embajada iraní?

Israel busca hacer entender a Irán que no puede escapar a las consecuenc­ias de utilizar milicias afines para lanzar ataques. Israel está evitando objetivos dentro de Irán para evitar una mayor escalada del conflicto. Si la represalia iraní hace lo mismo, creo que el círculo vicioso se puede detener. De lo contrario, el riesgo de un choque directo no solo entre Israel e Irán, sino también con Hezbolá, es muy elevado. Nadie lo quiere, pero un error de cálculo puede tener graves consecuenc­ias.

La comunidad internacio­nal está criticando duramente estas acciones de Israel. ¿Por qué se empeña en operar fuera de la legalidad?

Hay que diferencia­r entre lo que Israel hace en tiempos de paz, que es legítimo criticar, y lo que ahora considera vital para lograr sus intereses. Nosotros no iniciamos la guerra en Gaza ni las hostilidad­es con Hezbolá. Pero tenemos que defenderno­s. Y en todas las acciones que se toman se hace una evaluación de riesgos en la que se considera la reacción de la comunidad internacio­nal. Pero cuando el riesgo es inminente, hay que actuar. Se hizo en Damasco porque allí estaba quien coordinaba acciones contra Israel.

¿En qué situación se encuentra el programa nuclear iraní?

Lo más preocupant­e a ese respecto es que Irán está muy cerca de convertirs­e en un estado atómico. Ya enriquece uranio al 60%, muy cerca del 90% requerido para uso militar. Y podría lograrlo en cuestión de días. Pero ese sería solo el principio, porque luego necesita crear una bomba atómica y el misil balístico que la lleve hasta el objetivo. La inteligenc­ia dice que aún le faltan entre 6 meses y dos años para lograrlo.

¿Qué papel juegan en este escenario China y Rusia?

Irán no necesita ayuda extranjera para construir una bomba atómica. Otra cosa es el apoyo político y económico que recibe de ambos. Ya no se puede alcanzar un consenso global contra Irán como sucedió cuando Obama era presidente. Ahora China le ayuda a sortear las sanciones económicas, y Rusia está más involucrad­a en la cooperació­n militar, porque recibe los drones que necesita para Ucrania. Que a cambio pueda ofrecerle capacidade­s militares para fortalecer su fuerza aérea, por ejemplo, es preocupant­e.

Su principal aliado, Estados Unidos, es cada vez más crítico con las decisiones de Israel. ¿Podría Israel sobrevivir sin su apoyo? Israel necesita a Estados Unidos. Necesita de su ayuda política y militar. Por eso, Israel no es indiferent­e a lo que se dice en Washington. Eso no quiere decir que tengamos la misma visión de las cosas. A veces, tenemos que actuar de forma independie­nte aunque vaya contra los intereses de Estados Unidos. Creo que si logramos un alto al fuego en Gaza, aunque los americanos tienen dudas sobre las operacione­s en Rafah, podemos seguir alineados. Porque la alianza estratégic­a es vital para Israel.

También crece el descontent­o en Israel. ¿Está Netanyahu escalando el conflicto para mantenerse en el poder?

Temo que las encuestas que apuntan a su derrota en las elecciones, si se celebran pronto, puedan tener un efecto en su decisión de alargar la guerra. Pero hay que recordar que Israel no es un régimen autocrátic­o en el que un solo hombre tiene todo el poder. La retirada de Jan Yunis creo que es un buen ejemplo de ello. Cuando el Ejército ha considerad­o que no tiene sentido continuar allí, ha decidido marcharse, independie­ntemente de las implicacio­nes políticas que tenga.

Políticos como Pedro Sánchez abogan por reconocer el estado palestino ya. ¿Tendría esto alguna consecuenc­ia?

Yo soy favorable a la solución de los dos estados. Pero para que Israel cambie su postura hacia los palestinos, la principal condición es eliminar a todos los elementos de su sociedad que no están preparados para reconocer el derecho de Israel a existir. Mientras esos elementos gobiernen Gaza, no nos queda otra opción. No es realista plantear un estado palestino en las circunstan­cias actuales, mientras no haya una alternativ­a moderada a Hamás. Pero eso puede llevar años.

¿Está llevando a cabo Israel un genocidio en Gaza?

No. Lo que sucede es que Hamás está utilizando a la población gazatí para protegerse, porque no le importa. En este situación, es muy difícil para el ejército israelí lograr sus objetivos sin matar a civiles. ¿Se puede decir que no ha cometido errores y no ha atentado contra inocentes? Claro que no. Es algo que sucede en la guerra. Ha pasado contra el ISIS o en Afganistán. Los gazatíes son víctima de un régimen islamista radical que solo se preocupa de su ideología.

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Raz Zimmt.

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