Más de 3.000 profesionales sanitarios en primera línea
ZARAGOZA. Ayer se celebró el Día de la Atención Primaria, un nivel asistencial considerado el «elemento vertebrador del Sistema Nacional de Salud», como lo definió el consejero de Sanidad del Gobierno de Aragón, José Luis Bancalero. Sin embargo, este nivel está en una «situación complicada», tal y como reconoce el Foro Médico de Atención Primaria de Aragón, y corrobora la Administración.
Entre los problemas, relatan el déficit de facultativos, la falta de reconocimiento profesional, la necesidad urgente de adaptar el mapa sanitario, un presupuesto finalista, mejores condiciones laborales y un mayor reconocimiento. También destacan la ausencia de educación sanitaria del ciudadano o la necesidad de un programa docente en la Universidad que prestigie la especialidad de Medicina Familiar y Comunitaria entre los estudiantes.
La atención primaria es el nivel básico e inicial de asistencia sanitaria, que garantiza la continuidad de la atención a lo largo de toda la vida del paciente. Se presta principalmente desde el centro de salud o en los consultorios locales, aunque también hay atención domiciliaria en casos de urgencia o personas que deben estar en cama.
Ocho consultas al año de media En la atención primaria en Aragón hay más de 3.000 profesionales de todas las categorías. Según los datos aportados por el Departamento de Sanidad, trabajan 1.375 médicos de familia, 1.465 enfermeras y 180 pediatras, según la última información actualizada en diciembre de 2023.
En total, en la Comunidad se superan los 10,5 millones de consultas e intervenciones sanitarias desde estos equipos de atención primaria. De media, cada aragonés acude a su médico de familia alrededor de ocho veces al año. Bancalero pidió ayer a la ciudadanía «no abusar del sistema sanitario». Las sociedades científicas evidencian también la necesidad de que exista una mayor educación sanitaria.
La Sociedad Aragonesa de Medicina de Familia y Comunitaria admite que «la sociedad ha cambiado mucho en los últimos años». La esperanza de vida ha aumentado y cada vez hay que asumir pacientes más frágiles y complejos. «Eso –añade– aumenta el trabajo de la atención primaria».