Ribera gana enteros para ser candidata a las europeas ante las reticencias de Borrell
La vicepresidenta evita dar nada por hecho, pero se define como «un activo importante» del Gobierno y el PSOE de cara a la cita electoral del 9-J
MADRID. La cuenta atrás ya ha comenzado. El martes el Consejo de Ministros aprobó, y entrará en vigor el día 16, la convocatoria de las elecciones europeas, que se celebrarán el domingo 9 de junio para elegir a 61 miembros españoles de los 720 que formarán la Eurocámara. La dirección del PSOE guarda el secreto sobre quién encabezará su candidatura aunque, según fuentes del partido, la decisión está ya tomada y se conocerá antes del comité federal del 27 de abril, pero en primera línea de la parrilla de salida se vislumbra, como opción con muchos enteros, a la vicepresidenta tercera, Teresa Ribera.
La también ministra para la Transición Ecológica se mostró ayer prudente, apenas tres días después de que el Alto Representante para la Política Exterior de la UE y candidato socialista en los comicios de 2019, Josep Borrell, dejara constancia de su deseo de no repetir, como, según confirman fuentes del Gobierno, pretendía Pedro Sánchez. Al ser interpelada sobre el asunto, evitó dar nada por hecho. Sin embargo, afirmó que se ve como un «importante activo» del Gobierno y el PSOE en la campaña.
Ribera ha estado en las quinielas, en muchos momentos como favorita, durante más de un año. Y jamás se había mostrado tan expresiva. Al revés. Su mensaje siempre fue que estaba «contentísima» como ministra, aunque añadiera que en cualquier caso aceptaría con «entusiasmo» lo que el presidente dispusiera.
Nada definitivo
Es cierto que sus palabras de este viernes, pronunciadas precisamente en Bruselas antes de participar en el Foro de Cohesión, no prejuzgan nada definitivo. Entre otras cosas porque, en ámbitos socialistas, se ha especulado durante semanas con la posibilidad de que Ribera no fuera candidata pero Sánchez sí la promocionara como comisaria de Energía en la próxima legislatura.
Hasta hace no mucho, en su entorno afirmaban que tampoco tenía un interés excesivo en ese cargo y que, tras haber trabajado fuera – fue cuatro años directora ejecutiva del Instituto de Desarrollo
Sostenible y Relaciones Internacionales, en París– en este momento de su vida preferiría seguir haciéndolo en España. Pero ayer sí dio señales de que asumir esa competencia en la futura Comisión sería de su agrado. «Si acabo siendo yo la persona que tiene la suerte de poder desarrollar esas cosas –dijo–, lo haré encantada de la vida. Y si es otra persona, ayudaré a la persona que esté».
En el PSOE creen que tiene todo para lograrlo. «Teresa –explican fuentes socialistas en la Eurocámara– es muy reconocida y tiene excelente reputación en Europa. Perfectamente podría ser comisaria». En la anterior legislatura, en plena crisis energética, desempeñó un valiosísimo papel para Sánchez en la UE que, a juicio del partido, demuestra su influencia. Fue ella quien lideró la batalla que dio lugar a la ‘excepción ibérica’.
Combate a la ultraderecha Ribera es, además, muy ambiciosa en la lucha contra el cambio climático (incluso demasiado para algunos grandes directivos de empresas energéticas del país y socios del Gobierno como el PNV). Esa es una bandera relevante para el Gobierno y más si se tiene en cuenta que las europeas se van a plantear como una cita clave para cerrar el paso a una ultraderecha negacionista tan en auge en toda Europa que puede acabar siendo mayoritaria en el Parlamento.
Que sea cartel electoral y que obtenga buenos resultados o no es indiferente para el proceso de ser comisaria. De hecho, el PSOE asume que no ganará el 9J y que puede haber incluso un voto de castigo al Gobierno. Lo que hace que muchas miradas se hayan vuelto de nuevo hacia ella para encabezar las listas es el no de Borrell.
Sánchez tenía interés que el exministro de Exteriores y azote del independentismo liderara la candidatura socialista porque su perfil podría ayudar a diluir el malestar que pesa sobre una parte de su electorado por la amnistía, pero también, y quizá más importante, porque Borrell encarna bien una posición que cree mayoritaria en España frente a las dos grandes amenazas que afronta la UE, Rusia y el conflicto entre Israel y Palestina. Él, sin embargo, ha dejado claro que se siente obligado a dedicarse plenamente a su cargo. «La situación es mala y va a ser peor», dijo. Fuentes socialistas sostienen que el planteamiento era que hiciera un último servicio al partido, pero que mantuviera sus actuales responsabilidades y no recogiera el acta de parlamentario. Pero en su entorno replican que el momento no está como para otorgar tiempo a una campaña.