El anuario de la Academia

José Luis Merino Hernández

Hace unos días, la alcaldesa de Zaragoza, doña Natalia Chueca, asistía a la presentación del Anuario 2023 de la Real Academia Aragonesa de Jurisprudencia y Legislación. En su intervención elogió la labor de la institución, a la que calificó de «faro de conocimiento y reflexión», y a sus componentes de «guardianes de nuestro legado jurídico… reflejo de nuestra identidad colectiva y un faro de justicia en nuestra sociedad».

Agradecí muy sinceramente su presencia y sus palabras, así como el apoyo que el Ayuntamiento zaragozano viene prestando a la

Academia para la edición del Anuario que presentamos cada año. Le expliqué el sentido y valor que éste tiene. Desde que la actual Academia fue aprobada oficialmente mediante Real Decreto de 28 de diciembre de 1995, el pequeño grupo que la iniciamos la hemos venido ampliando con la incorporación de importantes juristas de todas las ramas del Derecho, público y privado, hasta llegar a la cifra actual de cuarenta. Cifra que, indudablemente, seguiremos ampliando.

En esos más de veintiocho años de existencia de la Academia, todos los académicos, desde nuestras distintas profesiones jurídicas, nos venimos esforzando por mantener ese legado histórico aragonés del que hablaba la alcaldesa, intensificando su estudio y dando a conocer a la sociedad el resultado de nuestros trabajos mediante conferencias, discursos y disertaciones. Todos ellos abiertos al público en general, y muy particularmente a los profesionales del Derecho. Sus textos quedan recogidos en su integridad en el Anuario que cada año se publica y que ayuda a la puesta al día en el conocimiento del Derecho, especialmente del foral aragonés.

Pero, además de sus discursos y disertaciones, la Academia, preocupada por el futuro de los jóvenes juristas (menores de 35 años), programamos anualmente la concesión de dos premios, uno para trabajos de derecho privado y otro para los de derecho público, dirigidos a cualesquiera autores de habla hispana (no importa el país de donde procedan), y los trabajos premiados entran a formar parte también del Anuario.

Todo ello lo consideramos un servicio a la sociedad para intentar mantener ese «diálogo interdisciplinario en la construcción de un sistema legal robusto y adaptado a las necesidades de nuestra sociedad», del que hablaba la alcaldesa de Zaragoza en su disertación en la Academia, y conseguir con ello, como también decía, la estabilidad y seguridad jurídica de las que goza Aragón en el contexto de las comunidades españolas.