Un histórico del Zaragoza

Nacido el 28 de noviembre de 1960 en Zaragoza, creció en el barrio Oliver, donde le entró el veneno del fútbol y el amor por el club con el que se le identifica solamente con un pestañeo. Víctor Fernández es historia del Real Zaragoza, partícipe, desde el banquillo, de uno de los periodos dorados del club, representado en la Recopa de 1995 en París. Apoyado en una generación vibrante y talentosa de futbolistas; también ganó la Copa del Rey de 1994 y perdió la de 1993. Toda esta historia tuvo su origen en la famosa promoción contra el Real Murcia, en la que el Zaragoza se salvó del descenso en 1991 después de que Víctor relevara al uruguayo Ildo Maneiro.

Ahí arrancó la carrera del entrenador zaragozano, incubado hasta entonces en el Deportivo Aragón o como segundo de Radomir Antic. En 1996, fue despedido e inició una carrera por otras latitudes: Tenerife, Betis, Oporto, Celta de Vigo, donde también es una institución… En 2006, Agapito Iglesias puso en sus manos un faraónico proyecto que acabó con el Zaragoza en Segunda en 2008, ya sin Víctor, destituido antes, a los mandos. Fue su primer regreso, aventurando, entonces, que nunca volvería como entrenador al club de su vida. Pero sí lo hizo. A finales de 2018, se puso de nuevo a disposición del Real Zaragoza para entrenarlo y sacarlo de una delicada situación en la zona baja de Segunda. Una vez conseguido el objetivo, se quedó. Una plantilla levantada a su imagen y semejanza, poblada de notables jugadores (Luis Suárez, Puado, Guti, Eguaras, Vigaray, Soro…), le permitió tripular al Zaragoza hasta las posiciones de ascenso directo, justo cuando el mundo se paró por la pandemia del coronavirus. En la reanudación, las inseguridades, miedos y errores de Víctor destrozaron el sueño de un ascenso encarrilado, cayendo contra el Elche. Sin el equipo en Primera, decidió no seguir por su propia voluntad. La misma por la que decidió no regresar un año después. Ahora, vive su cuarta etapa en el banquillo zaragocista.