Acusan a una mujer de estafar 57.000 euros con el intercambio de un piso que no era suyo
La encausada se habría valido de la situación de vulnerabilidad mental de la víctima para urdir el engaño Ayer no fue al juicio por problemas de salud
ZARAGOZA. El acuerdo era el siguiente: ella aportaba un piso en la calle de José Luzán de Zaragoza junto a 10.000 euros y a cambio recibía dos viviendas en la calle de Predicadores además de 60.000 euros. C. G. G. se enfrenta a una pena de prisión por una estafa que habría cometido hace dos años y en la que la Fiscalía entiende que se valió para llevarla a cabo de la situación de gran vulnerabilidad mental en la que se encontraba la denunciante, una mujer de avanzada edad que acabó transfiriéndole 57.000 euros sin obtener contraprestación alguna.
El Ministerio Público solicita para C. G. G. seis años de cárcel, además de una multa de 5.400 euros, mientras que la acusación particular eleva el castigo a siete años de privación de libertad y 6.600 euros de multa. El juicio estaba fijado para ayer en la Audiencia Provincial de Zaragoza. Sin embargo, el tribunal de la Sección Tercera presidido por la magistrada Nicolasa García Roncero lo tuvo que suspender por la incomparecencia de la acusada, que alegó un problema de salud y que ahora será examinada por un médico forense.
Los hechos se remontan al 3 de junio de 2022, día en el que C. G. G. y su supuesta víctima acordaron la permuta inmobiliaria. Más allá de que la denunciante incluyese dos pisos de su propiedad y una cantidad de dinero superior a la de la otra parte, en la operación resalta el hecho de que el domicilio que la Fiscalía y la acusación particular entienden que iba a intercambiar la acusada ni siquiera figura a su nombre. Sí cuenta con un bajo en ese edificio.
Para conseguir los 57.000 euros que le entregó la denunciante y que se le reclaman en concepto de responsabilidad civil, según la acusación particular, C. G. G. habría acompañado a la anciana a varias sucursales bancarias hasta conseguir completar una transferencia a una cuenta de su titularidad. Unos días después, esa cantidad fue retirada en efectivo. Ambas habrían visitado a un notario sin que se formalizase la transacción de los inmuebles y ante el que la acusada habría presentado un documento manuscrito no fechado en el que se hacía referencia a un tercer piso sito igualmente en la calle de José Luzán, pero distinto del pactado inicialmente y del bajo que posee.