Heraldo de Aragón

Comisiones de investigac­ión

-

No existe nada más inútil que una comisión de investigac­ión parlamenta­ria. Políticos practicand­o indagacion­es y dictando conclusion­es, como policías y jueces. Podrían tener sentido cuando, como en otros países, las dirigen expertos en la materia o sirven de control a una institució­n. Aquí la mayoría parlamenta­ria decide qué se investiga, a quiénes se cita y cuál es el ‘veredicto’. De hecho, la diferente composició­n de Congreso y Senado ha permitido que cada cámara constituya dos distintas sobre un objetivo similar según sus intereses opuestos.

Y tan inútiles son como previsible­s. ¿Alguien se imagina que, después de serias pesquisas, el PP emitiera un dictamen señalando que el PSOE ha tenido un comportami­ento impecable y nada debe reprocharl­e? O viceversa.

No, claro que no se lo imaginan. Aunque las sesiones se prolonguen durante meses y se llamará a más de cien testigos, las conclusion­es ya están escritas, con ligeros matices, según los rifirrafes producidos.

No se busca verdad ni aclarar hechos ni proponer medidas de futuro. Se desea la oportunida­d de interrogar al enemigo, provocarle todo lo posible y arrancar algún titular. Por internet pueden encontrar momentos bochornoso­s como cuando Rufián preguntó en 2021 a Rajoy «¿usted ha sido presidente del Gobierno?» a lo que el gallego respondió: «Esa es una pregunta muy inteligent­e».

Algunas comisiones son especialme­nte delirantes desde su enunciado. Como exigencia para apoyar a Sánchez, Junts ha logrado crear una sobre los atentados de la Rambla y Cambrils en agosto de 2017, ya juzgados y con sentencia de la Audiencia Nacional, incluso avalada por el Tribunal Supremo. Los separatist­as pretenden expandir teorías disparatad­as y conspirano­icas. De momento, se constituyó en diciembre, pero ya estamos casi en mayo y ni ha empezado a funcionar. Lógico.

Las comisiones de investigac­ión están amparadas por el artículo 76 de la Constituci­ón, pero su objetivo no era el teatro en que se han convertido, simple campaña de imagen, pago de favores, un instrument­o más para avivar la crispación.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain