Feijóo no dará tregua a Sánchez a la espera de que el lunes despeje su futuro
Cree que activará una cuestión de confianza, que ganará con el apoyo de sus socios, pero sigue guardándose la carta de llamarle en el Senado
MADRID. Alberto Núñez Feijóo no dará tregua a Pedro Sánchez en los días de reflexión que se ha tomado para decidir sobre su futuro político. El líder del PP aprovechará su paso este fin de semana por la campaña electoral de Cataluña –tiene sendos actos en Tortosa y Lérida– para mantener la presión sobre el presidente del Gobierno, al que acusa de pilotar «una operación de supervivencia política» con la que, vaticina, no hará más que «prolongar su agonía» para acabar «hundiéndose» finalmente solo. Considera que en su rol de jefe de la oposición no debe bajar el pistón ni mucho menos callar por todas las supuestas corruptelas que rodean a su adversario. «Por responsabilidad no puedo hacerlo», afirmó ayer en una comparecencia en la sede nacional de Génova.
Aunque en la dirección del PP hay dudas sobre el camino que pueda finalmente tomar Sánchez en las próximas 72 horas, se impone la tesis de que el jefe del Ejecutivo está abonando el terreno para someterse a una cuestión de confianza en el Congreso como ya hicieron sus antecesores Adolfo Suárez y Felipe González. Una prueba que en el principal partido de la oposición consideran que se puede ahorrar porque la «superaría con creces» al contar con el apoyo de los independentistas.
Del amplio abanico de posibilidades que se abren, la convocatoria de unas elecciones que tendrían carácter plebiscitario y que no podrían tener lugar antes de finales de julio, cuando haya transcurrido un año desde las pasadas generales, sería a priori el escenario más favorable para el PP, que vio como la endiablada aritmética impedía a su líder llegar a la Moncloa. «Ser presidente sí merece la pena –dijo Feijóo parafraseando a Sánchez en su misiva–, solo que no a cualquier precio».
La mayoría de dirigentes del PP coinciden en no dar credibilidad a los argumentos esgrimidos por Sánchez en su carta en la que se presenta como víctima de una operación de «acoso y derribo» de la derecha y ultraderecha después de que un juez de Madrid haya abierto una investigación que afecta a su esposa y a él mismo por un posible conflicto de intereses. Estrategia que convierte al presidente, apuntan en la cúpula, en el «portavoz del lobby del ‘lawfare’, indistinguible de sus socios. «El papel de
En las filas conservadoras insisten en que la gente «sufre dramas más serios que el de Sánchez» y arguyen que con su giro de guion abrupto, que pilló por sorpresa a su propio Gobierno y al PSOE, el dirigente socialista busca «movilizar a la gente por compasión» a costa, dicen, de «intimidar a jueces y periodistas» con una «corrosiva política del divide y vencerás». «Como no puede gobernar por adhesión, pretende gobernar por compasión», alertó Feijóo. Y urgió a «no permitirlo». «No hay dos Españas enfrentadas sino un presidente enfrentado al pluralismo, a la verdad y a la justicia», insistió el líder gallego, antes de reprochar a su rival haber abandonado sus obligaciones «por conveniencia e interés personal». «No existe –ironizó– la figura de presidente fijo discontinuo».
Mientras Sánchez deshoja la margarita, los populares reiterarán su petición de que dé explicaciones sobre las informaciones de supuestas corruptelas que apuntan a su partido, a su Gobierno y a su entorno. Aunque siguen sin despejar si le llamarán o no a comparecer a la comisión que investiga en el Senado el ‘caso Koldo’. En todo caso, el camino está preparado por, si llegado el momento, hay que citarlo tras ampliar el objeto de la comisión para indagar sobre el rescate de Air Europa y los negocios de Begoña Gómez, así como sobre el caso de la presencia de la vicepresidenta venezolana en Barajas en 2020.