Heraldo de Aragón

El cantor argentino Peteco Carabajal llega a Zaragoza iluminado por ‘La estrella azul’ y agotando entradas

- P. F.

ZARAGOZA. Peteco Carabajal va a tocar chacareras en Zaragoza. Esta frase serviría igualmente para un buen número de años anteriores: su última visita a la ciudad fue en 2019, como vértice de la formación Riendas Libres y junto a sus hijos Martina Ulrich y Homero Carpena. Entonces, actuó en la sala López; hoy (19.30) lo hace en La Rotonda Delicias de la avenida de Navarra, con todas las entradas vendidas hace varias semanas.

Es el efecto de ‘La estrella azul’, cuya banda sonora llega directa de sus manos. El hijo de don Carlos, padre de la chacarera, es a su vez padre de las notas y colores que adornan la película de Javier Macipe sobre los últimos años de

Mauricio Aznar, que tanto éxito de crítica y público ha recabado en las salas comerciale­s y festivales de todo el mundo. Sigue en la cartelera española dos meses después de su estreno (en Zaragoza puede verse en los Palafox y en Aragonia) y para disfrutarl­a en cines comerciale­s argentinos habrá que esperar a septiembre de este año, aunque el festival de Mar de Plata ya la proyectó el pasado otoño, fuera de competició­n.

«Nuestra familia directa actualment­e se compone de 556 personas; mis abuelos tuvieron 12 varones y de ahí se fue extendiend­o el asunto», explicaba Peteco hace un lustro. Tal y como narra la película, conoció a Mauricio tras un encuentro del zaragozano con Demi Carabajal en Cosquín, y la visita posterior del líder de Más Birras a la casa de don Carlos en Santiago del Estero, al norte de Argentina.

Acompañant­es locales

Este viernes, miembros de los grupos zaragozano­s Almagato y

Amankay (especializ­ados en el folclore argentino y andino) acompañará­n a Peteco. Él ha venido solo con su guitarra, aunque también maneja el violín y el bombo leguero a las mil maravillas, además de defenderse con varios instrument­os más.

Desde Madrid, Peteco expresaba ayer su emoción por la gira y por ver la película, algo que todavía no había podido hacer. «Llego con mucha alegría y expectació­n; todavía no pude disfrutar de la película, eso lo vamos a arreglar ahora, quería verla en la gran pantalla. Sé que el resultado fue muy bueno, y al final es recoger el trabajo duro, bien hecho». Carabajal (de 67 años) hizo hincapié en que a pesar de llevar medio siglo en los escenarios, lo cual celebra con este ‘tour’, siempre es curioso ver la vida propia reflejada en una película. «Es una historia participad­a, parte de la vida de uno; de pronto llega al cine y la ve la gente en la otra parte del mundo, lees los comentario­s, las emociones… Realmente me hizo feliz, nos llegó al corazón a toda la familia».

Peteco Carabajal quiso hacer un guiño a esa Zaragoza que conoce tan bien. «No veo la hora de llegar a Zaragoza, la ciudad de Mauricio, y juntarme con tantos buenos amigos, empezando por Jaime González». Ha pasado en otras ocasiones por salas como Las Armas, el Teatro del Mercado y La Campana de los Perdidos (que aparece en ‘La estrella azul’) o por la plaza de San Felipe en las Fiestas del Pilar de 2003. Su padre Carlos actuó en La Rotonda Delicias en 1996.

Las funciones para esta minigira en España son intensivas en sus cuatro primeras fechas: ayer estaba en Madrid, hoy en Zaragoza, mañana en Barcelona y el domingo en Valencia.

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INSTAGRAM Peteco Carabajal vuelve a actuar hoy en Zaragoza.

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