Historia de Iberia Vieja Monográfico
Las riquezas ¿robadas?
EL PROCESO DE COLONIZACIÓN DE AMÉRICA IMPLICÓ, es evidente, muchas modificaciones en el mundo a nivel geoestratégico, económico y hasta humano. La existencia cotidiana se fue transformando progresivamente a uno y otro lado del océano y no de forma paritaria. Es evidente que un territorio del tamaño de la América conquistada, con diversidad de pueblos sin contacto, implica una desigualdad cultural y también, cómo no, a nivel científico, sociopolítico y de desarrollo agrario y productivo. Y de igual manera una extraordinaria riqueza de productos alimenticios, de materias primas, que fueron adoptados por el Viejo Continente, poco a poco, como parte de su dieta. Pero, aunque resulte una realidad menos conocida, también los colonizadores exportarán al Nuevo Mundo semillas y esquejes que procedían de Europa. Sin duda, sobre todo en las primeras décadas, fue una relación brutalmente desigual, pero no por ello dejó de ser, en ciertos ámbitos bidireccional.
Igualmente, muchas veces obviado es el importante papel femenino desempeñado en la conquista y la colonización. Las mujeres indígenas y las españolas resultaron esenciales. No en vano, sin ellas no habría sido posible la colonización. Sin embargo, durante siglos y siglos su labor fue absolutamente silenciada por una sociedad machista que apostó por convertir en héroes a los guerreros y a sus descendientes masculinos.