Historia de Iberia Vieja Monográfico
Mestizaje, noviazgos y concubinato
UNO DE LOS GRANDES temas sobre los que la Corona hizo hincapié, fue el de la necesidad de llevar mujeres al Nuevo Mundo para repoblar los territorios recién conquistados. Sin embargo, los conquistadores siempre se opusieron a la medida, por considerar que sus mujeres no estaban hechas para aquellas tierras y mucho menos para aceptar el modo de vida que gustaba tener a sus maridos lejos de ellas.
Y es que en América, ningún hombre que lo deseara se quedaba sin una mujer, ya fuese esta novia, amante o esclava. Para apaciguar al español, casi todos los caciques ofrecían a sus mujeres como regalo, las de más alta alcurnia para los capitanes y las restantes para la soldadesca. Y los castellanos, en parte para no agraviar al cacique y en otra, por su propia lujuria, nunca rechazaron tales presentes. La única condición que ponían era la de que la mujer renegara previamente de su idolatría y abrazase el cristianismo, con lo que ya se consideraba una unión más o menos legal.
A tal punto llegaron estos amancebamientos, que, por ejemplo, cuando Alvar Núñez llegó a Asunción en el año 1542, quedó escandalizado por el concubinato permanente en el que vivían los soldados españoles. Entre sus primeras medidas estuvo la de prohibir contratar a mujeres indias y sobretodo comprarlas a sus legítimos maridos. La población, en desacuerdo con estas ordenanzas, inició una sublevación que terminaría con la salida de Alvar Núñez de la ciudad.