APASIONANTES MEMORIAS
Siguen recuperándose textos fundamentales para reconstruir la historia de la República y la Guerra Civil desde diferentes ópticas y perspectivas. Galbe, leal a la República, fue Fiscal del Tribunal Supremo y una de las voces destacadas para imponer la justicia en la zona republicana.
José Luis Galbe murió en el exilio, en 1983, en Cuba, donde ejerció el periodismo, fue Director General de Prisiones después del triunfo de la Revolución castrista y luego profesor universitario con mucho prestigio. Llegó a intimar incluso con el Ché Guevara, con quien solía jugar al ajedrez. Tras su muerte, escondidas en un baúl, se encontraron estas memorias escritas por quien fue una figura destacada del Ministerio de Justicia durante la República y la Guerra Civil española. Sus memorias recorren toda su vida y están escritas con un tono muy personal, íntimo, pero siendo consciente de la cantidad de momentos históricos que vivió en primera persona. No son, pues, unas memorias laudatorias sino el relato, con sus luces y sombras, de alguien que fue testigo en vivo de situaciones muy complicadas, sobre las que seguirán corriendo ríos de tinta. Galbe estaba destinado en Madrid cuando tuvo lugar la sublevación militar. Tras la caída del Cuartel de la Montaña se desató en Madrid una salvaje represión que fue imposible de parar por la República. Galbe vivió todo esto y lo cuenta en sus páginas. Pero también destaca los esfuerzos que se hicieron, en una situación crítica, para reconducir la situación y que nadie se tomara la justicia por su mano. Para Alberto Sabio Alcuten, responsable de la edición, estas memorias son un “análisis interesante de cómo se intentó articular el orden público en la zona republicana”, sin ocultar “los episodios violentos”./