LA RUTA DE LOS MONASTERIOS DE LA RIOJA
Las tierras de La Rioja están llenas de historias guardadas en sus monasterios, pues las iglesias y cenobios fueron las únicas construcciones “iluminadas” en los oscuros tiempos medievales. Construidos en parajes rurales y alejados de la decadencia de las ciudades romanas, fueron centros de espiritualidad y oración, pero sobre todo centros de cultura. De algunos sólo quedan las ruinas y los documentos que certifican su influencia en la Edad Media, pero muchos han conservado sus edificios y la actividad de sus comunidades religiosas; y ahora son atractivos reclamos para un turismo cultural, religioso y artístico que convierten la Ruta de los Monasterios de La Rioja en un interesante destino. Comenzando por los de Suso y Yuso, la ruta se completa con otros bellos ejemplos. El de Valvanera, levantado con piedras de un antiguo templo romano y que sólo conserva la torre de su primitiva factura románica. El de Santa María de San Salvador, de Cañas, donde las monjas carmelitas que lo habitan siguen haciendo dulces y pastas, y en el que podemos pasar una “mística” noche en su hospedería. El de Santa María la Real, en Nájera, mezcla de gótico y plateresco, es una construcción repleta de historia y valores artísticos. El de Nuestra Señora de la Anunciación, en Santo Domingo de la Calzada, una magnífica muestra de estilos clasicista y barroco. El monasterio de Nuestra Señora de la Piedad, en Casalarreina, que exhibe un espléndido estilo gótico isabelino. El de Santa María de la Estrella, en San Asensio, que invita a descubrir su claustro gótico. El monasterio de Santa Elena, en Nájera, del que muy poco queda. El monasterio de Vico, que llegó a contar con una valiosa biblioteca que prácticamente quedó destruida en dos incendios. Y el monasterio de San José, en Calahorra, del que sólo se puede visitar su iglesia.