El chantaje sexual: arma de espías y presidentes
BENJAMÍN NETANYAHU ERA EL PRESIDENTE DE ISRAEL CUANDO SU COLEGA ESTADOUNIDENSE, BILL CLINTON, se dejó llevar por sus fantasías sexuales con la becaria Monica Lewinski. Tuvieron sexo oral en su despacho de la Casa Blanca, lo cual transgredía las normas, algo con una repercusión política que no tuvieron sus otras aventuras amorosas con la cantante Barbara Streisand o la actriz Liz Hurley. La primera relación afectaba al presidente, el resto al hombre privado. El halcón israelí fue informado por el Mossad y chantajeó a su colega, lo cual supuso un verdadero problema de seguridad del Estado.
En política, los que se mueven en las alcantarillas del poder intentan manipu- larlo todo. Todo vale para conseguir influencias, información y colaboración. Y el chantaje sexual ha sido y es una de las armas más poderosas.
En España, la CIA buscó durante la presidencia de Felipe González que España no pusiera límite a la presencia militar de Estados Unidos indagando en la vida privada del vicepresidente Alfonso Guerra. Por suerte fueron descubiertos a tiempo y los responsables tuvieron que abandonar España.
En la época de Franco, cuando la moral era más estricta y tener relaciones con mujeres iba contra la moral de la época, muchos españoles que viajaban a países del Este eran grabados con prostitutas y posteriormente chantajeados. Cuando llegó la democracia, equipos del servicio secreto tuvieron que viajar a algunos de esos países para recuperar los videos y que no cayeran en manos de chantajistas.