Conservadores… ¿a su pesar?
como Alfonso XIII fiaban a su juventud la carta de presentación ante sus súbditos, y parecían imbuidos de un espíritu abierto y con deseos sinceros de cambiar las cosas para distanciarse de las etapas conservadoras que les precedieron. La Revolución Industrial había desarrollado la economía y creado una riqueza asombrosa pero mal repartida. Las ideas del socialismo, anarquismo y, en el futuro, comunismo iban captando las mentes de los proletarios, que acusaban a las élites de su malestar y pobreza. Como cabeza de estas élites estaban los reyes, representantes y valedores del sistema establecido. En Alemania, la industrialización estaba más desarrollada que en España y las consecuencias de este proceso más consolidadas en la sociedad alemana. Una de las primeras medidas del joven emperador Guillermo II fue la legalización del partido socialista (prohibido desde 1878 por Bismarck). Además, aprobó un importante paquete de leyes laborales que amplió considerablemente el sistema social creado en la época del viejo canciller. Guillermo II había logrado romper con el pasado y de hecho empezó a conocérsele como el “Káiser de los obreros”. Pero fue en el Ejército y en sus relaciones con él donde encontramos el mayor campo de interactuación y parentesco entre estos soberanos. La Constitución de 1876, que regía en España durante todo el periodo de la Restauración, era liberal pero no democrática. Uno de los logros del sistema de la Restauración fue despolitizar al Ejército para preservar la estabilidad. A pesar de haber estudiado en la academia militar británica de Sandhurst, Alfonso XII ha sido el Rey más germanófilo que ha tenido España.Todo en la Historia tiene un antecedente y en el caso que nos ocupa, también. Las relaciones de Alfonso XII con Alemania marcan un interesante espacio que influirá en las futuras relaciones de su hijo con los alemanes.