La colaboración de la burguesía
EN EL MISMO MARCO en el que se produce la represión es también incuestionable que hay múltiples signos de colaboración de la sociedad catalana con el nuevo régimen borbónico. El año 1714 no supuso la ruptura en la trayectoria de la burguesía comercial como tantas veces se ha dicho. Salvo los comerciantes más significados del austracismo catalán, con Sebastià Dalmau a la cabeza, que habían articulado el lobby de intereses comerciales con Inglaterra y Holanda, puede decirse que entre los comerciantes catalanes, después de 1714, hubo una línea de colaboración notable con la nueva monarquía y que llevó a un relanzamiento del proteccionismo textil que Feliu de la Peña había promocionado como programa a seguir desde finales del siglo XVII. Significativamente como administradores de la Taula de Canvis, nombrados por Patiño, vemos a Joan Lapeyra, Josep Dalmau o Joan Puigguriguer, que habían sido mercaderes de protagonismo austracista.
En 1723 hubo disposiciones proteccionistas contra la invasión de productos franceses y a favor de los vestidos fabricados y labrados en estos “Reynos de España”. La burguesía catalana sería la principal proveedora del ejército español en el siglo XVIII y, desde luego, la conexión entre militarización en Cataluña y negocios de abastecimiento, al respecto, parece más que probable. La Junta de Comercio se crearía en 1738 y pronto emergerían los grandes nombres de la burguesía catalana del momento: Milans, Tarradellas, Busquets, Matas, Gloria, Picó.../