Los Estados Unidos en la guerra de Crimea
SIN ALIADOS EN EUROPA, durante la guerra de Crimea, Rusia buscó estrechar sus relaciones con los Estados Unidos. Mientras los abolicionistas del Norte mostraron sus simpatías por las naciones aliadas, los estados esclavistas del Sur manifestaron su apoyo a Rusia con la que compartían una economía basada en la servidumbre. Entre la opinión pública norteamericana se extendió una opinión favorable al bando ruso, considerado la víctima de una agresión británica, la vieja potencia colonial. Unidas por un enemigo común, ambas naciones acercaron posiciones y se firmaron contratos comerciales. De la misma forma que hizo España pero en el bando contrario, una delegación de militares de los Estados Unidos encabezada por el general George B. McClelland, a la izquierda, viajó hasta Crimea para asesorar a las fuerzas rusas. A título particular muchos estadounidenses donaron fondos para la compra de armas para los rusos. La ayuda norteamericana no se limitó a las declaraciones bienintencionadas y al envío de fondos. Algunos norteamericanos llegaron a Crimea para tomar las armas y luchar al lado de los rusos o trabajando como ingenieros militares. También hubo un grupo de cuarenta médicos voluntarios que se unieron a la sanidad militar del ejército ruso. En ese clima de buenas relaciones Estados Unidos propuso por primera vez la compra de la América Rusa, nombre con el que entonces era conocido el territorio de Alaska, venta que se formalizó en 1867.