El rey que vestía de negro
no vestía de negro por austeridad sino porque el negro era el color del planeta Saturno con el que se sentía identificado el monarca y ésta era una forma de atraer sus efectos beneficiosos. Sea o no cierta esta afirmación, el caso es que a su muerte Felipe contaba con hasta 200 tratados de magia y astrología. Con tan elevado número de libros prohibidos, Felipe II se vio obligado a crear un almacén especial para la custodia de los mismos, de modo que ninguno fuera destruido y pudiera ser consultado en caso de necesidad a pesar de la censura de la Inquisición.Y aunque su relación con estas pseudociencias era un poco contradictoria ya que el rey se divertía llevando la contraria a todo tipo de supersticiones desafiándolas de forma expresa para comprobar directamente que no tenían ningún efecto en su vida, el caso es que llegó a encargar hasta cinco horóscopos. Uno de ellos, hecho en 1550 por el mago alemán Mateo Haco, le acompañó en su dormitorio hasta su muerte, ya que le impactaron algunas de las predicciones hechas por él en las que acertó, como que sólo dos de sus hijos llegarían a adultos. Por otro lado, el techo de la biblioteca de El Escorial incluye en uno de los frescos de Pellegrino Tibaldi una alusión a la Astrología como ciencia y en ella se muestra la posición de las estrellas en la bóveda celeste en el momento en que nació el rey.