¿Sabías que…?
HASTA MEDIADOS DEL SIGLO XIX la Iglesia se mostró reacia a que los cementerios estuvieran situados a las afueras de las ciudades (había cementerios sacramentales en multitud de iglesias de Madrid). Los arquitectos Pedro Arbós y José Urioste fueron los encargados de construir el primer gran cementerio con el que iba a contar la capital, el de La Almudena –llamado así por la patrona de Madrid–, que finalmente se terminaría en 1885 y sería ampliado en dos ocasiones por la fuerte presión demográfica de la capital. A lo largo de su historia ha servido de morada para una nutrida selección de personajes ilustres de la vida social y política española. Entre ellos, se encuentra el premio Nobel de Medicina y Fisiología Santiago Ramón y Cajal, que murió en la capital en octubre de 1934. Una escultura obra de Victorio Macho en el Parque del Retiro ensalza también su figura, a la que recuerda, igualmente, el Hospital Universitario Ramón y Cajal, inaugurado en 1977, y una placa conmemorativa en la fachada de la casa de la calle Alfonso XII, donde el médico vivió durante 25 años.