Entre la Semana Santa y San Clemente
DECLARADA DE INTERÉSTURÍSTICO INTERNACIONAL en 2007, la Semana Santa de Lorca propone una Pasión diferente, en la que el arraigo no está reñido con la originalidad de la puesta en escena. Dos son las cofradías principales, el Paso Blanco y el Paso Azul, y cada una de ellas ofrece una extraordinaria recreación de la historia bíblica, merced a unos desfiles que llevan deslumbrándonos desde el siglo XIX.
En el caso del Paso Blanco, la Real e Ilustre Archicofradía de Ntra. Sra. del Rosario escenificó ya en 1855 la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén por un grupo de treinta nazarenos. Hoy, la historia hebrea se borda de carne, color y esencia en el grupo de Ester y Asuero, que narra la salvación del pueblo judío por la esposa del rey Asuero, quien se había casado con ella ignorante de su condición. ¿Y qué decir del carro del rey Salomón, que desfila ante elTemplo de Jerusalén? ¿O de la visita de este a la reina de Saba, con la espectacular escolta de jinetes abisinios? ¿O del grupo del rey David, que evoca la esperanza del Mesías, la Nueva Jerusalén y el Arca de la Alianza?
Del Paso Azul nos fijamos en Débora, incorporada a la Pasión lorquina en 1878. La profetisa, la primera amazona que desfiló por estas calles, salva cada año al pueblo judío de la opresión cananita. Los exploradores que, según el Libro de los Números, inspeccionaron la tierra de Canán y lamentaron haber abandonado Egipto, iluminan desde 1969 la Pascua de la ciudad. Desde mucho antes, Moisés forma parte de este encantamiento en el que la fe se fuga de los templos y toma “al asalto” los corazones.
Estremece pensar en el vigor de esta fiesta, que no necesita desempolvar lo que siempre ha permanecido inmaculado. Los Desfiles Bíblico-Pasionales de Lorca renuevan la historia del Antiguo y el NuevoTestamento, dialogan con el ayer con el lenguaje atemporal del arte y la lealtad a las costumbres y, a diferencia de las marchas victoriosas de la Antigua Roma, nos recuerdan que somos inmortales.
Visiten Lorca en Semana Santa o, más adelante, en las fiestas de San Clemente, que celebran su día grande cada 23 de noviembre. De InterésTurístico Regional, la conmemoración del Patrón de Lorca constituye una ocasión inmejorable de descubrir la fortaleza en todo su esplendor y de disfrutar de los desfiles y pasacalles de musulmanes, judíos y cristianos, otro signo de la tolerancia y el respeto a la historia de esta ciudad. Insistimos: visiten Lorca, ¡no se arrepentirán!