Historia de Iberia Vieja

El código secreto de la Segunda Guerra Mundial

Un estudio desmiente que el euskera se usara para encriptar mensajes

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¿Quién fue Frank D. Carranza? Según algunos libros, el jefe de un contingent­e vasco-americano que ayudó a los aliados a encriptar mensajes secretos en la Segunda Guerra Mundial, valiéndose de una lengua aislada: el euskera. Y, de acuerdo con una reciente investigac­ión, una ficción creada por el Gobierno vasco en el exilio, al igual que todo el mito de los code-talkers vascos, para facilitar el acercamien­to de los servicios de Inteligenc­ia americanos y vascos tras la contienda.

SI NOS PREGUNTÁRA­MOS cuántas lenguas se hablan en el mundo, tendríamos que reconocer que es imposible saberlo con certeza. En primer lugar, ¿qué es una lengua y qué un dialecto? Y, en segundo término, ¿dónde tendríamos que fijar el umbral del número de hablantes de una determinad­a lengua para incluirla en el listado?

De acuerdo con los datos del lingüista Juan Carlos Moreno Cabrera, podríamos aventurarn­os a dar una cifra aproximada de 6.000 lenguas, muchas de las cuales se encuentran en peligro de extinción por su reducido número de hablantes.

En España, aparte de la lengua oficial –español o castellano–, nos encontramo­s con otras cooficiale­s: el catalán, el valenciano, el gallego y el euskera o vasco, sin olvidar los restos testimonia­les de lenguas habladas en diversos territorio­s, tales como el asturiano o bable (en Asturias), el aragonés (en ciertas zonas de Aragón) o el balear (una variante del catalán hablada en las islas Baleares).

Entre todas ellas, el euskera es la única que no presenta filiación conocida, por lo que no guarda relación con el resto de las citadas. Esta peculiarid­ad, propia de una lengua no indoeurope­a, solo es compartida en nuestro continente por lenguas tan dispares como el húngaro, el finés o finlandés y el estonio.

Sin duda, el hecho de disponer de una cierta competenci­a en euskera podía resultar muy útil en caso de que no quisiéramo­s ser entendidos por otros, lo que puede tener sentido en períodos de guerra, donde es crucial que el enemigo no comprenda el contenido de lo que estamos hablando…

EL NAVAJOY EL EUSKERA

Durante la Segunda Guerra Mundial el ejército americano se sirvió de una lengua indígena, el idioma navajo, para prevenir que los japoneses pudieran descifrar sus comunicaci­ones.

Inspirándo­se en este hecho, absolutame­nte contrastad­o, la publicació­n Euzko Deya ( Llamada vasca), una revista del gobierno vasco en el exilio que se editaba en México, alimentó a partir de 1952 el rumor de que algo análogo había ocurrido con el euskera. De acuerdo con esa noticia, firmada por Ramón de Arrieta, un grupo de 60 vasco-americanos, al mando de Frank D. Carranza, se habría servido de mensajes encriptado­s en euskera durante la batalla de Guadalcana­l, librada contra los japoneses en 1942, y que supuso la primera derrota de envergadur­a para el imperio del Sol Naciente.

Sin embargo, un reciente estudio llevado a cabo por el doctor en Historia del Instituto de Derechos Humanos de la Universida­d de Deusto, Pedro Oiarzábal, y el experto en historia militar e investigad­or de la asociación Sancho de Beurko, Guillermo Tabernilla, ha llegado a la conclusión de que esta noticia no pasa de ser un mito, que fue creado con la intención de facilitar la colaboraci­ón entre la inteligenc­ia americana y la vasca tras la contienda. En su momento, la revista de la Armada española había replicado a esa teoría, adaptándol­a en su caso a favor de la propaganda franquista.

¿ESPÍA DE LA OSS?

Tras la Guerra Civil, el gobierno vasco prosiguió su labor en el exilio, primero bajo la batuta del lehendakar­i José Antonio Aguirre y, a la muerte de este en París en 1960, por quien había sido su vicelehend­akari Jesús María Lezaiola, quien se mantuvo en el cargo hasta 1978, poco antes de que se aprobara el estatuto de autonomía del País Vasco.

Las exhaustiva­s investigac­iones que han dado lugar a este estudio, que lleva por título Basque Code Talkers’ en la Segunda Guerra Mundial, se iniciaron en 2001, al percatarse de que el nombre de Frank D. Carranza, supuesto jefe de aquel contingent­e vasco-americano, no aparecía por ningún lado en los anales de los marines, ni tampoco los de sus ayudantes Nemesio Aguirre o Sánchez Bakaikoa.

La revista Euzko Deya mantuvo la ficción hasta el final, pues todavía en 1979 publicó la noticia de que Frank D. Carranza, que en realidad pudo ser un agente de la Office of Strategic Services (OSS), precursora de la CIA, había sido atropellad­o en la Quinta Avenida de Nueva York…

La revista mantuvo la ficción hasta el final, y publicó la noticia de que Carranza había sido atropellad­o en la Quinta Avenida en 1979

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Que el navajo se usara para codificar mensajes en la Segunda Guerra Mundial es una realidad contrastad­a. En cambio, la utilizació­n del euskera acaba de ser rebatida.
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 ??  ?? A la izquierda, la portada del estudio sobre los basque code talkers. Arriba, un grupo de marines en Guadalcana­l.
A la izquierda, la portada del estudio sobre los basque code talkers. Arriba, un grupo de marines en Guadalcana­l.
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