El zoo de los supervivientes
El séptimo arte con Josemanuel Escribano
LA NEOZELANDESA
Niki Caro ha dirigido media docena de largos; dos de ellos con cierta repercusión en España: Whale rider y En tierra de hombres. Ambos provistos de fuertes caracteres de mujeres luchadoras, como este que se acaba de estrenar: la vida de la polaca Antonina Zabinski, dedicada en cuerpo y alma a salvar a cuantos compatriotas judíos fuera capaz de hurtar a la sistemática exterminación nazi durante la Segunda Guerra Mundial.
Antonina y su marido Jan eran los propietarios del Zoo de Varsovia, un lugar idílico, frecuentado por las familias de la ciudad. Pero los planes expansionistas de Hitler, que provocaron el estallido de la guerra, empezaron precisamente con la invasión bélica de Polonia. La película comienza ahí, cuando en septiembre de 1939, en medio de la mayor apariencia de feliz tranquilidad, los aviones alemanes bombardean Varsovia, sin perdonar los desprotegidos objetivos civiles como el propio zoo. Entre la mayor confusión, con los animales huyendo de sus destrozadas jaulas y la población enloquecida de terror, Antonina trata de salvar a su pequeño hijo y, con ayuda de su marido, recomponer lo que queda de las instalaciones.
ESCONDIDOS EN EL ZOO
De momento, los soldados alemanes no atentan contra la familia –los polacos quedaron sometidos tras una brevísima campaña–, e incluso reciben una oferta de Lutz Heck, oficial nazi y director de zoo de Berlín, que les propone llevarse los animales más importantes de los que han sobrevivido para cuidarlos y devolvérselos una vez terminado lo que a él le parece que será una contienda corta y, por supuesto, favorable a su país. Los Zabinski, por su parte, le sugieren mantener en el recinto una granja porcina que sirva de alimento a las tropas; no tanto por desarrollar una actividad relativamente industrial como por impedir el desmantelamiento total. La propuesta no es inocente: Jan consigue entrar en el gueto en el que los judíos de Varsovia han ido siendo recluidos y hacinados, y recoge las basuras que se producen y que sirven para dar de comer a los cerdos. Y en su camión, bajo los residuos pestilentes, escapan cada vez tres o cuatro personas.
Porque Antonina y su marido se han dado cuenta de que pueden esconder en los sótanos del zoo a docenas de paisanos, perseguidos solamente por su origen judío. Claro que saben lo que arriesgan, y más desde que Lutz está casi omnipresente en el zoo, motivado sobre todo por la atracción que siente por la mujer; un doble motivo por el que Antonina debe estar siempre vigilante. Y más cuando Jan se une a la resistencia polaca, que combate por las calles de la ciudad contra el todavía poderoso ejército nazi, y desaparece en la batalla.
EL HORROR COMO METÁFORA
El guion de Angela Workman –basado en un éxito editorial de Diane Ackerman– no nos ha ahorrado detalle, hasta llegar ahí, de los horrores vividos por la población judía de Varsovia. Perseguidos, marcados, arrancados de sus casas y encerrados y maltratados en el gueto, y por fin sa-
La formidable interpretación de Jessica Chastain enciende una historia que destila dolor y sufrimiento
cados de allí abandonando las escasas pertenencias que les quedaban para ser conducidos en trenes abarrotados hacia los campos de exterminio. Hombres, mujeres, ancianos. Y niños, también los niños. Un horror en el que el zoo funciona como metáfora: los animales que quedan son abatidos, y los judíos escondidos, asustados y privados de movimiento se sienten encerrados como las fieras en sus jaulas.
La pantalla destila dolor y sufrimiento, en un relato que recorre casi siete años (1939-1946) inteligentemente articulado entre un prólogo y un desenlace. Lo que vemos son unos hechos reales: los Zabinski lograron salvar a 300 compatriotas a lo largo de la guerra, gracias sobre todo al valor y la determinación de Antonina, una mujer fuerte e inteligente, capaz de sobreponerse a sus íntimos temores. Y lo que vemos también es la formidable interpretación que de ella hace Jessica Chastain, una actriz que rompe los moldes en cada película y con cada personaje.