Una síntesis de calidad
DENTRO de la numerosa bibliografía que se está publicando sobre la Revolución Rusa, destacamos este libro del profesor Faraldo, un especialista en Europa Oriental durante los años del comunismo.
Este libro es una síntesis de sus muchas lecturas sobre el comunismo, además de incluir fragmentos de su propia investigación. El resultado es un libro diáfano, que va a lo nuclear y que explica con mucha claridad todo el proceso revolucionario y la posterior evolución totalitaria del régimen bolchevique. Hay muchas referencias históricas, hay análisis, hay valoraciones y, también, se incluyen referencias a testimonios poco utilizados pero muy certeros que añaden interés a un libro breve y esencial.
El autor sigue el hilo cronológico de los hechos, contando cómo fueron amontonándose los acontecimientos históricos en un corto espacio de tiempo. Intenta, en todo momento, tener una voz propia y esquivar al máximo los tópicos sobre la Revolución y el relato oficial que construyó el régimen bolchevique de aquellos sucesos.
Su análisis va a los hechos más importantes y aclara aspectos sobre los que a menudo se suele pasar por encima. Por ejemplo, quiénes fueron los protagonistas de la Revolución de Febrero, a juicio del autor, la única y auténtica Revolución (los hechos de Octubre son calificados como Golpe de Estado). También el papel de los partidos políticos más importantes en aquel entonces y quiénes fueron los más votados en las elecciones de noviembre de 1917, antes de que el Partido Bolchevique disolviese la Asamblea.
Faraldo explica la relación de los comunistas con el ejército, pieza clave para consolidar la Revolución, con los campesinos y con los anarquistas. Especial relieve cobra en este libro la figura de Alexander Fedorovich Kerenski, uno de los artífices de la Revolución de Febrero que posteriormente tuvo que exiliarse en París y luego en Estados Unidos. Y la creciente identificación del Partido Comunista con el Estado, la causa del creciente totalitarismo.
Las interpretaciones sobre las causas de la revolución van más allá de lo meramente político. El comunismo estaba orgulloso de su autoconciencia utópica, que le llevó a trabajar desde todos los frentes para transformar la sociedad, aplicando metódicamente una teórica y violenta ingeniería social que acabó volviéndose en su contra.
Crónica, pues, original, viva, directa, ágil que proporciona una guía muy útil para moverse en este pantanoso y resbaladizo tema y que apunta además a las cuestiones esenciales que deben conocerse y valorarse.