Toscos y temidos guerreros
COMO reconoce el autor en el prefacio, Esparta “fue una ciudad diferente a cualquier otra por sus instituciones y por su forma de vida”. Sin embargo, no resulta fácil acercarse a ella: son numerosas las lagunas que se encuentra y, sobre todo, no son fiables la mayoría de la fuentes, que proceden de los propios espartanos. Como pueblo obsesionado con lo militar, los espartanos controlaron al máximo su imagen, ofreciendo en todo momento la idea de que se trataba de un pueblo unido que se consagró a sacar el máximo partido a las excelsas virtudes militares. Esto, lógicamente, no pudo ser así, pues lo que ha llegado es una imagen demasiado idílica de este pueblo, a pesar de que sus contemporáneos tuvieran de ellos la impresión de ser orgullosos y arrogantes en exceso. Además, siempre ocultaron que buena parte de su fortaleza se basaba en el control despótico que tenían sobre sus esclavos.
Murcia Ortuño cuenta la fundación de la ciudad-estado y su evolución y desarrollo hasta la época de los romanos. Se muestran sus principales hitos históricos y se describe su peculiar modo de vida y sus formas de gobierno. Esparta fue un pueblo dedicado exclusivamente a las armas, lo que determinó sus costumbres y su estilo de vida. Esto tuvo un importante precio: su nulo interés por el arte y la cultura./
Esparta JAVIER MURCIA ORTUÑO ALIANZA. MADRID (2017). 480 PÁGS. 13,20 €.