Felipe V Tercios?
de los Austrias era la envidia de toda Europa. Los Tercios habían nacido en 1534 cuando el rey-emperador Carlos reformó el ejército mediante un decreto desarrollado dos años más tarde, que auspiciaba la creación del que se considera el primer ejército profesional del mundo. Este cuerpo alcanzó especial relevancia en las guerras que mantuvo España para apuntalar sus dominios en el exterior, como la de Flandes, la batalla de San Quintín o el conflicto contra los protestantes alemanes. Sin embargo, a finales del siglo XVII la situación no era nada halagüeña: los Tercios contaban solo con unos 32.000 efectivos, su equipamiento era deficiente y sus pagas, que no siempre llegaban a tiempo, exiguas, lo que abonaba el terreno para todo tipo de latrocinios. También la marina estaba mal dotada: frente al centenar de navíos que tenía la británica, España no contaba con más de una veintena de buques, una cifra a todas luces insuficiente para proteger nuestra flota en el Caribe o en Pacífico.
Cuando Felipe V llegó a España y se encontró este estado de cosas, se quejó amargamente a su abuelo Luis XIV. Los altos niveles de deuda y los desaguisados administrativos en las altas jerarquías hicieron que el nuevo monarca reestructurara el funcionamiento del ejército tal como habían hecho los franceses. En su reforma de 1704 suprimió los Tercios, sustituyéndolos por regimientos al mando de coroneles, aunque mantuvo como su símbolo la cruz de San Andrés, una variante de la cruz de Borgoña habsbúrgica. En el citado año se aprobaron varias leyes encaminadas a modernizar el ejército: en primer lugar, un decreto que unificaba el mando; en septiembre, la división de regimientos en batallones y la subdivisión de batallones en compañías y, finalmente, en noviembre una nueva ley de reclutamiento. Asimismo, se nombró a un Director General de Infantería para lidiar con los problemas de uniformidad, reclutamiento, instrucción de la tropa...
Otro hecho que contribuyó a la desaparición de los Tercios fue la aparición del fusil como arma, que sustituyó a la pica con arcabuz.
EL EJÉRCITO ESPAÑOL