Nada es lo que parece, ¿o sí?
un pequeño pueblo inglés, al abogado Robert Blair lo llama una mujer, Marion Sharpe, a la que no conoce mucho, pidiéndole su asesoramiento urgente: acaba de llegar a su casa la policía para decirles, a ella y a su madre, que han sido acusadas de haber secuestrado a una chica durante un mes, donde la maltrataron y obligaron a cumplir tareas domésticas. Las Sharpe lo niegan todo pero los pormenores que da la chica, Betty Kane, de quince años, son de asombrosa exactitud.
Con reticencias por su inexperiencia en ese tipo de asuntos, pero convencido a primera vista de la inocencia de las Sharpe, Blair se hace cargo del caso: visita a los padres adoptivos de Betty Kane, averigua qué pudo hacer en el tiempo que desapareció, contrata a un detective para que le ayude, pide a un amigo abogado que se haga cargo de la defensa de las Sharpe… Además, cuando sale la noticia en los periódicos locales, las Sharpe comienzan a sufrir agresiones de gamberros de la zona.
Novela elegida como una de las cien mejores novelas policiales de todos los tiempos en una votación de hace unas décadas. Al leerla se comprende, pues no sólo es en sí misma excelente sino que como caso policial también lo es: la intriga es clara pero difícil de resolver, la implicación de los personajes se presenta de modo cuidadoso, todo se cuenta con calma pero los hechos se desarrollan con rapidez./