Manuel Azaña fue el último jefe de Estado que vivió en el Palacio Real?
CON LA PROCLAMACIÓN de la República en España el 14 de abril de 1931, se planteó la función que desempeñaría el Palacio Real, residencia de una institución de la que se había prescindido. En primer lugar se cambió su denominación – de Palacio Real a Palacio Nacional– y el consejo de ministros presidido por Alcalá-Zamora le confirió el rango de Bien de Interés Cultural con el fin de protegerlo. El palacio sirvió además de residencia para el último presidente de la República, Manuel Azaña. Con el alcalaíno terminaba una larga tradición inaugurada por Carlos III en el siglo XVIII.
En su interior todavía se puede visitar la sala conocida como el despacho de Azaña, la estancia que utilizó el dirigente republicano, quien también mostró especial interés por otras posesiones reales como el Palacio de El Pardo. De hecho, parece que el 18 de julio de 1936 se encontraba paseando por los rosales de la Quinta del Duque de Arco, una casa de campo cercana al Real Sitio del Pardo, y, por motivos de seguridad, se trasladó al Palacio Nacional ante la amenaza de los oficiales del Regimiento de Ingenieros de El Pardo, que se habían posicionado al lado de los golpistas. En sus memorias de 1937 se puede leer: “Cuando gane usted la guerra, Negrín, me permitirán ustedes que deje de ser presidente de la República, a cambio de que me nombre usted para el cargo que más me gusta: el de guarda mayor y conservador perpetuo de El Pardo”.