El despliegue de la infantería española
el ejército español formó en dos líneas de diez batallones cada una. Sin embargo, el casi contemporáneo Vincart nos habla de cuatro líneas de cinco batallones por línea. Finalmente, Alburquerque, participante del choque, nos dice literalmente que “habiendo 21 tercios de infantería, tenía puestos 5 de frente al enemigo, y los demás, que hacían frente al sesgo, por los costados (…); en fin, él (Fontaine) había puesto el Ejército en plaza de armas en vez de ponerlo en batalla” y más adelante nos dice que “esta batalla estaba perdida desde que se puso el ejército en forma de pelear, o por mejor decir, en forma de muestra, pues Fontana no le puso más que para mostrarle”. Es decir, que mezclando el testimonio de Vincart y de Alburquerque, Fontaine no desplegó el ejército en línea sino casi en forma de cuadrado, con la vanguardia mirando al frente formada por cinco batallones de españoles (Castelví, dos de Garciez, Alburquerque y Villalba, capitán este último con fama de gran torero); a los lados, mirando en diagonal hacia los flancos izquierdo y derecho respectivamente, en lugar de al frente, causando la inmovilidad de los tercios, cinco cuadros hispano-ítalo-borgoñones (Velandia, Ponti, Visconti, Strozzi, La Baume) y cinco valones (Ligne, Ribacourt, Grange, Meghem y Bassigny); y luego una retaguardia formada por cinco batallones de alemanes (Ritberg, Frangipani, Embisse, Guasco y Rouveroy).