Los alsacianos de Isemburg consideraron la batalla ganada, arrojaron los sombreros al aire y se dispersaron para saquear a los muertos
línea de jinetes rodeó el bosquecillo por el este para, tapados por una colina, caer por sorpresa sobre el flanco y la espalda de la caballería flamenca de Alburquerque, que a la vez era cargada frontalmente por la segunda línea de Condé, de modo que fue aniquilada, huyendo el español durante 32 kms. Esta versión es totalmente inexacta.
Según algunos autores contemporáneos, Condé ni siquiera estuvo en esta ala. Por otro lado, Alburquerque afirma que salió al encuentro de la caballería francesa, y que a pesar de no tener el apoyo de la infantería, que inexplicablemente se quedó atrás, la rechazó dos veces (dato que confirma Gualdo Priorato) hasta llegar a los cañones galos, capturándolos (confirmado por Vincart, que añade además que destrozó dos cuadros de piqueros suizos). Esta versión de los españoles tomando la artillería francesa queda acreditada por la hoja de servicios del capitán Barrionuevo, que recoge que fue premiado por tomar la artillería francesa en Rocroi, documento hallado por Sánchez Martín, y por una carta privada del Vizconde de Montbas que reconoce que los franceses perdieron al menos un cañón.
Después Alburquerque afirmó que “el retén del enemigo se fue deshilando a ganarnos la retaguardia, y ganada, nos