Sobre el terreno
El libro del mes
LIBROS DEL ASTEROIDE. BARCELONA (2017). 264 PÁGS. 17,95 €. REÚNE ESTEVOLUMEN las crónicas y reportajes que sobre la fallida revolución de Asturias, en octubre de 1934, escribieron tres escritores y periodistas de renombre en aquellos años: Josep Pla (1897-1981) se había labrado un gran prestigio con sus artículos y crónicas parlamentarias que publicaba en La Veu de Catalunya y algunas biografías y libros de viajes –como el que escribió sobre Rusia–; Manuel Chaves Nogales (1897-1944), que acudió a Asturias como corresponsal del diario Ahora; y José Díaz Fernández (18981941) había escrito reportajes y hasta un libro muy elogiado sobre la guerra de Marruecos, El blocao (1928), además de ser diputado en las filas del partido de Azaña .
Como escribe Jordi Amat en el prólogo, “en octubre del 34 convergieron dinámicas de degradación internacionales, nacionales y regionales, dinámicas de crisis económicas y políticas, partidistas y sindicales. Se acumulaba la conflictividad social, en el campo y en la ciudad. Existía un clima de tensión incontrolable, con violencia, en las calles”. A imitación de la Revolución rusa, el 5 de octubre de 1934, y como colofón de la huelga general convocada en toda España, apoyados por partidos políticos y sindicatos de la izquierda, los “trabajadores” se levantaron en armas contra el gobierno legítimamente constituido de la II República en Madrid, País Vasco, Cataluña y Asturias. Por diferentes causas, sólo cuajó en Asturias, pues en Madrid, País Vasco y Cataluña se reprimió rápidamente la subversión, no sin dejar un buen número de muertos.
En Asturias salió adelante por la fuerza que tenían los mineros, que tomaron el protagonismo de las revueltas. También, por el apoyo que recibieron de los sindicatos CNT y UGT, el Partido Comunista y, sobre todo, del Partido Socialista, responsable principal de la revolución por la actuación de sus políticos y dirigentes, por la propaganda demagógica que volcaron y por la virulencia de sus medios de comunicación, de modo especial del periódico Avance. Los mineros tomaron el control de ayuntamientos y cuarteles de las regiones mineras con una escasa oposición que fue sofocada de manera contundente; luego se trasladaron a Oviedo, donde proclamarían de manera general el estado libertario a imitación de la Rusia comunista, como aireaban sus soflamas; contra ellos, ya instalados en Oviedo, el Gobierno envío al ejército para sofocar la revolución. En las dos semanas de “revolución” murieron en torno a las 1.500 personas, 2.000 fueron detenidas y hubo más de 30.000 prisioneros. Oviedo quedó totalmente destrozada.
Cada uno describió aquellos sucesos con su estilo y desde su perspectiva política. José Díaz Fernández lo hace contando de manera narrativa y desde dentro de los hechos el desarrollo de la revolución. Pla fue de los primeros en viajar a Asturias, “un país literalmente saturado de comunismo y socialismo”; y Chaves Nogales, como Pla, recorrió los lugares revolucionarios ya en poder de los militares.