¿Australia o Austrialia?
En un anuncio publicitario de 1897 de la Compañía Transatlántica
de Barcelona leemos la siguiente ruta de viaje: “Trece viajes anuales saliendo desde Barcelona. Línea de Filipinas y combinaciones al Golfo Pérsico, China, Cochinchina, Japón y Austrialia”. ¿Hemos leído bien? ¿Austrialia? Quizás hayamos tenido una errata no malintencionada al redactar el texto. En un reporte de La Correspondencia de España de julio de 1902, leemos una información política proveniente de las colonias inglesas: “Los primeros ministros de Austrialia y de Nueva Zelanda se manifestaron en contra de la liga aduanera...”. Parece ser que hemos cometido la misma torpeza al redactar el nombre con el que conocemos a la gran isla-continente austral. ¿O no? Podríamos continuar con varios fragmentos de noticias más, e incluso más graves, como el probable hundimiento de “la corbeta de guerra alemana Augusta que iba a Austrialia, la cual se ha ido a pique a consecuencia de un ciclón”, como anotaba La Crónica en agosto de 1885.Y, para finalizar la secuencia de informaciones, nada más y menos que el Diario de la Marina en 1928 describía “el canguro gris de Austrialia como más veloz que un caballo de carrera, ya que cubre una distancia de diez o doce metros”. Por tanto, ¿tenemos una fijación intencionada en denominar “Austrialia” a la gran isla austral? ¿O incurrimos en un error perpetrado antaño y perpetuado durante siglos en llamar Australia al hogar de canguros, koalas y wombats?